Vienes, te vas, regresas, te vas y retornas a mi mente cuando voy en el auto, cuando camino, cuando despierto, cuando me estoy quedando dormida, por la noche.
Y me flagelo, masoquista, con canciones tuyas, mías y nuestras.
Tu fantasma se aparece en cualquier parte.
Te añoro algunos viernes.
Echo de menos tu presencia un sábado sí, otro no.
Te extraño los domingos.
Recuerdo tus besos, tus manos y más.
Nos sueño cuando hicimos aquellos cuentos de final feliz.
Me quedé con las ganas de construir más historias.
Fantaseo con algún día escribir otros capítulos.
Tu mirada y tu sonrisa se han instalado en mi memoria.
Me han dicho no partirán porque mi corazón no quiere que se vayan.
Es tortura saberte, pero no tenerte.
Comienzo a creer que el amor sí es un perro infernal.
Inevitables son mis ojos acuosos cada maldito día que pienso en ti.
Desea con toda tu alma, lanza el deseo al viento y después olvídate de él...
ResponderEliminar