lunes, 20 de septiembre de 2010

Por Amor Al Arte

Alguna vez creí que lo mío era trabajar en los medios de información y para hacer posible tal creencia estudié la licenciatura en Periodismo. Me dediqué un tiempo a las labores de la comunicación, hasta que el destino me trajo felizmente a esta empresa donde llevo solamente 18 años trabajando.


Hace tres años me aventé (o me aventaron) a estudiar Psicología.

Los motivos, varios... la Psicología siempre había llamado mi atención y otro fue la urgente necesidad de ese momento de mi vida de hacer algo más interesante que ver a "Oprah" por las tardes o algo menos inútil que visitar el centro comercial con la tarjeta de crédito a la mano al salir de la oficina.


Al principio me inscribí a sólo una de las cinco materias que conforman un cuatrimestre.

Me encantó, me sedujo, me convenció.

Poco a poco fui sumergiéndome en el fascinante mundo del comportamiento humano, sus razones, motivos, los porqués o para qué de sus reacciones.

Ahora estudio esta carrera por amor al arte.

Realizo los trabajos escolares con pasión y dedicación casi maternal. Las que son madres comprenderán entonces con cuánto amor y devoción me entrego.

La calificación es sólo un vehículo, lo verdaderamente importante, motivador y enriquecedor es el conocimiento que me llega a través de profesores, maestras, libros y libros y más libros, artículos y conversaciones con mis compañeros.

No sé si algún día ejerceré la psicología clínica, pero aquí y ahora sí tengo la certeza de la responsabilidad inconmensurable que implica trabajar con las emociones y sentimientos del ser humano.

El sábado compartí en la muestra académica de la escuela mi visión prospectiva sobre el rol del psicólogo en mi país.

Hoy comparto contigo mi pensamiento sobre este tema…

"Dentro de un futuro cercano, México requerirá psicólogos que no solamente sepan ser empáticos y comprensivos con las personas, que no solamente conozcan las técnicas para intervenir en la solución de problemas individuales, de pareja, de familia o de grupos.

Nuestro país necesitará profesionales que conozcan más allá de la psicología del Mexicano, saber cómo lo afecta el contexto social en el que vive.

El futuro no sólo de México, sino del mundo, es hoy más incierto que nunca. Se vislumbran avances tecnológicamente más sofisticados... internet, autopistas de la información, la aldea global, satélites, teléfonos móviles, Ipads, Ipods...

Este es un mundo cada vez más competitivo, desgastante e intolerante, de trabajo perpetuo y consumo robotizado.

Será indispensable contar con Psicólogos capaces de resolver a nivel conceptual y práctico los dilemas de la realidad social que tendrán lugar a corto, mediano o largo plazo, eso depende del lugar donde los estudiantes estemos parados en la actualidad.

Se avecinan nuevos y/o más encarnizados conflictos para quienes habitamos en México, situaciones presentes en la sociedad actual agregarán complejidad a la ya de por sí compleja tarea del Psicólogo.

Es nuestra responsabilidad equiparnos con las herramientas adecuadas para resolver dificultades emocionales y marcado sentimiento de aislamiento, soledad y vulnerabilidad que aquejará a las víctimas de conflictos generados por sucesivas crisis económicas, desempleo, capitalismo salvaje, inseguridad incrementada, violencia social e intrafamiliar, narcotráfico, desigualdad social en oportunidades para la educación, la cultura y empleos bien remunerados.

El concepto de familia nuclear se está transformando a patrón de familias mixtas o compuestas, entran en escena familias multiparentales; el divorcio es cotidiano, se conforman parejas que llegan con hijos… son los tuyos, los míos y los nuestros; las madres y padres solteros comienzan a ser la regla, no la excepción. Dentro de algunos años, si no es que ya, los extraños serán los hijos de la fórmula tradicional compuesta por papá y mamá.

El secuestro se ha vuelto, para nuestro total infortunio, un lugar común; el asesinato por resistirse a un asalto, también.

Secuestro y asaltos ocurren no sólo a los de la clase alta, le sucede a cualquiera, de día o de noche, en su casa o en la calle, en el trabajo o en el espacio lúdico.

Demandarán terapia psicológica no solamente aquéllos que no saben lo que quieren en la vida, los que no saben qué les pasa, los que no controlan impulsos y emociones, los melancólicos o los deseosos de encontrar la fórmula de la felicidad.

A psicoterapia llegarán individuos de las nuevas generaciones, con una forma de pensar y actuar producto de un contexto social en el que los avances tecnológicos suceden a velocidad vertiginosa, personas provenientes de familias no nucleares, de la convivencia en una comunidad insegura, donde se guarda todo bajo llave, procedentes de ciudades, pueblos, comunidades y colonias donde han sido vigilados y cuidados con medidas extremas por temor a los asaltos; provenientes de hogares en los que quizás alguien cercano fue víctima de secuestro o alguna otra forma de violencia y agresión.

Buscarán apoyo psicológico individuos posiblemente insatisfechos o cansados de luchar por obtener el dinero suficiente para “ser”, automatizados por el consumismo, con la firme creencia de que no son nadie si no manejan el auto que anuncian en los comerciales, si no son dueños de una casa amplia y moderna, si no llevan puesta la ropa de marca y no poseen los más recientes gadgets que Macintosh ha lanzado al mercado.

Irán al consultorio del Psicólogo personas que han comprado el estilo de vida superficial que se vende al mayoreo.

Vendrán a terapia individuos aislados que probablemente no conocen otra forma de relacionarse más que ésa donde se pulsan teclas para chatear con un ente virtual detrás de la pantalla.

Tendremos la visita de personas de la Generación X en los umbrales de la tercera edad, con más dificultades que los baby boomers para asumir tal hecho.

Los Psicólogos habremos de estar capacitados para el abordaje de tales problemáticas.

Hoy hemos de cobrar conciencia que las teorías aprendidas en el aula son producto de la observación del mundo de quienes las descubrieron en determinado tiempo y espacio.

Reposa en nuestras manos una responsabilidad inconmensurable, es menester equiparnos con las herramientas que nos ayuden a enfrentarnos a la incertidumbre de conflictos de un México cuyo contexto social es y será bastante diferente al de las teorías de los libros.

Será nuestra labor abordar situaciones del ser humano cada vez más complejas, las cuales demandarán habilidades y capacidad para establecer relaciones multidisciplinarias, para resolver problemas de las personas en su contexto multidimensional (familia, cultura, emociones, salud, historia personal).

Como estudiantes de psicología es imperativo asumir la responsabilidad de nuestra formación.

Es preciso servirnos de las teorías para comprender y ampliar nuestro conocimiento en el estudio del ser humano, pero con la conciencia y capacidad de saber cómo actuar en el entorno en el que nos tocará ejercer la profesión.

Si mantenemos una vista miope sobre el contexto en el cual ejerceremos el papel de Psicólogos, si solamente vemos a través de la visión de teóricos de antaño, estaremos parados sobre arenas movedizas.

Eso que llamamos realidad es producto de nuestras creencias, cogniciones y experiencias…

Los futuros Psicólogos deberemos entrenarnos en la adecuada interpretación de la realidad del contexto.

Es preciso ser agentes del cambio, con un conocimiento que nos eduque al acercamiento y comprensión de nuestro principal objeto de estudio, el ser humano, en nuestro caso el Mexicano, el de las zonas urbanas y rurales, el pobre y el rico, el marginado y el integrado a la modernidad, el mestizo y el de las etnias, el educado y el analfabeta".

Y con estas palabras terminó la exposición del equipo de alumnos de la clase de Epistemología y Psicología.

Gracias Marco.

Gracias maestra Alejandra.

  


2 comentarios:

Claudia E. dijo...

Hola Lili:

Qué interesante texto, te felicito; quién diría que después de tantos años estudiaras la carrera que yo elegí y qué aparentemente no he ejercido, creo que estudias en la UVM, cierto? la universidad en la que yo estudié. Cómo da vueltas la vida, tú estudiando psicología en la UVM y yo tan lejos de aquel destino que algún día creí que era el mío.

Un fuerte abrazo,
Clau

Lily Valentina dijo...

Hola Claudita!
Ahora sé que nada es real y todo cambia. Hoy tomamos una decisión, mañana hacemos algo diferente. Yo estoy muy feliz estudiando en esta etapa de mi vida una carrera. Ahora soy una estudiante muy diferente a la que fui en mis 20's. En todos sentidos. Ahora yo pago la colegiatura, para empezar. Y tengo un tipo de interés más profundo en la adquisición de los conocimientos. Otra forma de conceptualizar lo que aprendo. Te mando un abrazo hasta allá y agradezco tu comentario a esta nota del diván.