miércoles, 31 de agosto de 2011

Nuestro Amigo El Feisbú

Hace 20 años no me imaginaba que existiría una forma express para comunicarme con alguien de un país muy lejano.
Si me hubieran dicho que un texto escrito en la computadora, teléfono celular o Ipad (¿qué es eso?) llegaría tan pronto se presionara la tecla "enviar", hubiera pensado que el informante estaba drogado o padecía un trastorno mental.
Si una persona me hubiera platicado que algún día existirían las redes sociales, facebook para ser específicos, mediante las cuales podríamos contactar a personas ya conocidas y a otras por conocer, tener acceso a sus fotos y "chatiar" como si estuviéramos sentados frente a frente, hubiera pensado que tal ser veía demasiadas películas.
El caso es que hoy es POSIBLE comunicarnos vía EXPRESS con los demás.
Y es una realidad contactar personas que no habíamos visto en años a través de las redes sociales, particularmente el feisbú.
Y también es muy cierto que hacemos nuevos amigos mediante el fase book.
Bueno, a lo que voy es que el sábado pasado la generación 84-88 de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García tuvimos nuestra primer gran reencuentro, después de 23 de habernos graduado.
Logramos reunirnos más de 20 exalumnos, gracias al feizbú, amigo que nos puso nuevamente en contacto.
Elmer y Verdayes fueron los "GO's" o Gentiles Organizadores, como se les llama o llamaba a los anfitriones en el Club Med.
Elmer llevó consigo la lista del grupo de alumnos que conformábamos esa generación.
Pasó lista.
Y algunos dijimos "presente", los ausentes callaron y aplaudimos durante un minuto por nuestro compañero apodado "El Gansito", quien se nos adelantó en el viaje a otra dimensión.
No reconocí a dos o tres de mis compañeros y compañeras porque habían estado solamente algún tiempo en el turno matutino, luego se habían cambiado al vespertino.
La güera Vero, accionista principal del Banco de México (me parece que así es como Verdayes la apoda), llegó tan guapa como siempre.
Ahí estuvo también la Betaza, conductora de noticias siempre bella, con su acento veracruzano que nunca se le quitó ni se le quitará y le queda bien.
Liz llegó vestida de azul y sin su inseparable amiga Claudia, las nerds que no tomaban caguamas : ) Y que tampoco fueron nunca a las fiestas en casa de Cholina.
Alma estuvo sentada entre Alberto y Abel, nada tontos los dos compañeros.
"El Matado" siempre serio, platicamos un rato. Me dijo que tiene una foto mía de aquella época en que me sentía la mismísima Madonna. Le supliqué que me mande esa fotografía, prometo compartirla contigo.
Nos acordamos de las inolvidables borracheras en casa de Cholina y de la vez que la profe Yumín lanzó sus zapatos al patio de la casa de al lado.
Asistió Cristina Ayala quien, para mí que tiene un retrato de Dorian Grey por ahí escondido.
No podía faltar Lola Corrales, mejor promedio de la generación, mujer culta, entrevistadora de verdaderas personalidades, no fregaderas.
Llegaron Matilde y Forastieri, juntos, como siempre los vimos.
Norma de la Sancha impresionante, una rubia despampanante.
Maricarmen Paredes y yo tuvimos la oportunidad de hablar de situaciones similares que nos han tocado vivir. Y me parece que nos pusimos la una en los zapatos de la otra.
Miriam hizo una confesión que nos dejó con la boca abierta.
Qué calladito te lo tenías Gil : )
Pedro Soria, con tu look intelectual, qué padre que escribes cuentos de terror, sobre todo de vampiros.
Rubén Torres, tienes toda la razón del mundo, somos todos bien chingones.
Y tú, mi querida Diana, más guapa que nunca, gracias por esas palabras tuyas que me ayudan en este momento en el que estoy aprendiendo a vivir, pero a vivir de verdad.
Es un honor y un privilegio formar parte de este grupo de excompañeros, ahora amigos.
Ya no somos aquellos no niños, pero tampoco adultos...
Ahora nos sabemos maduros, la vida nos ha enseñado.

El Gran Reencuentro

Fue una tarde-noche feliz

Esperemos vernos pronto nuevamente

jueves, 25 de agosto de 2011

Entre Achaques y Placeres Culposos

Hoy es uno de esos días muy soleados en la Ciudad más grande del mundo, es de esos días en que me gustaría estar sentada en la terraza de una cafetería, en la Condesa, tomándome algo refrescante y con buena compañía.
Sin embargo, es uno de esos días muy soleados en la Ciudad más grande del mundo, de ésos en los que estoy sentada en mi oficina, tomándome un café americano muy frío y con buena compañía, estoy conmigo misma.
Pero no por mucho tiempo más.
En cualquier momento sonará el teléfono.
Hoy toca conferencia telefónica con mi jefe.
Ya tengo la agenda de los temas a tratar sobre mi escritorio.
Y mientras espero la llamada escucho música.
Y también se agolpan un montonal de pensamientos en mi cabeza.
De repente pienso que me siento muy cansada.
Estoy fatigada, duermo bien, pero no hay sueño suficiente que me haga sentir con energía.
Extraño aquellos días en los cuales los achaques no existían.
Actualmente casi siempre alguno me visita.
Puedes ser el sueño, el dolor de cabeza, el dolor de espalda o el dolor de estómago...
Y son solamente achaques, se quedan un ratito, luego se marchan de paseo.
También pasa por mi mente lo que me platicó una persona cercana.
Dos de sus hermanas están gravemente enfermas.
Una de ellas lleva por lo menos un par de años con diálisis.
La otra tiene diabetes y está a punto de perder la vista de uno de sus ojos.
Tampoco puedo sacar de mi mente lo que me contó otra mujer a la cual quiero mucho.
Me duele su historia y lo peor es que no puedo hacer nada por ella, sólo escucharla.
De repente pienso también en otra persona cercana a mí y en sus vicisitudes cotidianas; en su lucha día a día para sobrevivir en lo económico.
Veo por la ventana a los señores que están preparando los embarques de producto para mandarlo a nuestros clientes.
Miro mi escritorio, tapizado de papeles, libros y notas para no olvidar fechas de envío de información al corporativo.
Ultimamente la memoria no es mi mejor virtud.
Me duele la cintura.
Me parece que anoche bailé mucho.
Eso estuvo divertido.
Fuimos al concierto de Erasure, dúo británico que toca música sintética, mi amiga Alejandra, Karla, novia de Ari, Marco y yo.
Placer culposo.
Marco me reclama, no le gusta que le llame a ello un placer culposo.
Esgrime que es música y me gusta, le guste o no a los demás.
Ahora suena el teléfono, es mi jefe, a trabajar se ha dicho.
Seguimos "monologuiando" en otra ocasión...

miércoles, 24 de agosto de 2011

El Hombre Necio

Hace una hora entra una llamada a mi oficina.
Es un hombre con acento británico.
No me pregunta si tengo tiempo de hablar con él.
Al parecer eso es lo que menos le interesa.
El va directo a lo suyo.
Me habla de un producto maravilloso que han diseñado para anunciar marcas importantes en el centro comercial Antara en Febrero de 2012.
Habla sin parar.
No me permite interrumpirlo.
Comienzo a desesperar.
¿Le cuelgo el teléfono?, me pregunto yo.
No, sería de mala educación, me vería tan fina como las dos chicas de Polanco que hoy son noticia en México, D. F.
En una pausa que el hombre hace, yo supongo para tomar aire, le pregunto de qué compañía exactamente me está llamando y cuál es el propósito de su irrupción en mi tiempo y sin permiso.
Bueno, él es fulanito de tal, de la empresa "x", están en Inglaterra, trabajando a altas horas de la noche porque necesitan cubrir el espacio que un cliente justito acaba de dejar por quiensabecuáles motivos.
Ok, pero ¿exactamente de qué producto estamos hablando y cuál es el costo?
¡Ah!, me invita a entrar a una página de internet para que vea su producto maravilla.
Y en lugar de cortarlo le hago caso.
Después de mil intentos logro entrar a su portal.
Se trata de un anuncio tridimensional.
Colocarán tres de estos maravillosos productos en el centro comercial mencionado en el mes del amor y la amistad, momento idóneo para promover las tarjetas Hallmark.
Y sigue parloteando en su acento británico indicándome que al calce de la página virtual está el contrato para que lo lea y lo firme pero ya.
¿A sí? Pero si ni me has dicho de cuánto estamo$ hablando míster.
Y ni siquiera sé si tu compañía existe.
¿Tienes representantes en México?
No, pero me asegura que esto no se trata de un fraude, ellos son una empresa prestigiada en el Reino Unido.
¿Y qué crees?
Que como tenemos que tomar una decisión en este preciso momento me harán una oferta que no podré rechazar... -me sentí como en la película "El Padrino"-.
El costo normal es de 50 mil libras esterlinas, pero por tratarse de un asunto de último minuto a mí me darán el maravilloso producto por solamente 6 mil libras, un ofertón de miedo que no puedo ni debo resistir.
Es más, sólo necesito transferirles 2 mil libras ahora y el resto cuando haya pasado el evento.
El tipo ya me hartó.
Bueno, me fastidió desde el primer minuto.
A estas alturas tengo ganas de aventar el teléfono por la ventana.
Respiro profundo y no lo hago.
Le contesto, en tono amable, no con los modos de las reinas de Polanco, que esta decisión no la tomo yo, debo contactar al equipo de finanzas y mandar el contrato a los abogados, no firmo nada que no sea revisado por ellos.
El fulanito me dice "¡No!, abogados no, sólo retrasarán este negocio durante semanas y la decisión es urgente, es para hoy".
Ya no hallo cómo quitármelo del teléfono sin soltar vocabulario de "queen" de Polanco.
Le digo en el tono más gentil y tranquilo posible que me permita leer el contrato con calma, compartirlo con el equipo de finanzas y con mi jefe, pues no me mando sola.
El cuate me dice que está bien, que me llamará en una hora.
Me pide mi número celular.
Le digo que no puedo otorgárselo, es sólo para uso personal (miento) "mea culpa, mea culpa".
En este momento está llamando...
Y mi asistente lo está bateando...

lunes, 22 de agosto de 2011

Una Tarde Lluviosa En Mi Diván

Hoy es una de esas tardes lluviosas y frescas en las que se me antojaría más estar en un lugar agradable, tomando un buen espresso, con buena compañía.

Sin embargo, hoy es una tarde lluviosa y fresca en la que aún me encuentro en la oficina, tomando un café americano frío y sí, con buena compañía, estoy conmigo misma.
Apenas es lunes y ya me siento tan cansada como si fuera jueves, porque los viernes medio revivo, como por arte de magia.
Caramba, esto de los 40's de verdad que no me está cayendo nada bien.
La mayor parte del tiempo me siento fatigada, aunque haya dormido 12 horas.
Y no sé por qué te cuento todo esto.
Supongo que es lo que tenía en la cabeza al estar escribiendo estas líneas.
Esta tarde es también de esas tardes en las que no tengo en mente un tema específico para este espacio.
Pero es de esas tardes en que no podía evitar recostarme en mi diván de terciopelo azul.
Cuando estoy aquí me siento relajada.
Cuando escribo aquí me siento libre.
En este espacio yo puedo hablar de lo que se me antoje.
Este espacio también lo puedes leer cuando se te antoje.
Platico contigo y no sé qué aspecto tienes.
Tampoco sé cómo son tus ojos.
Ni sé si sonríes o eres de talante serio.
No tengo idea de qué color es tu cabello.
No sé si eres hombre o mujer.
No conozco tus gustos, no sé cómo es tu personalidad.
Hoy me puedes leer tú, mañana puede ser otra persona.
Aquí te escribo a ti, un fantasma que puede ser de cualquier nacionalidad.
"No sé quién eres, porque no te he estado observando", pero te cuento mis penurias y alegrías como si te conociera.
Ahora llueve y no traje mi paraguas de colores rosa y rojo.
Tampoco tengo mi gabardina.
Mi cabello alaciado se tornará ondulado. Y si me mojo, me dará frío.
¿Sabías que soy una persona muy friolenta?
Eso comentábamos Jana y yo la noche de la Graduación.
Ella y yo no podemos ir a ningún lado si no llevamos nuestro chal.
Decíamos que las mujeres más jóvenes que nosotras no acostumbran llevar nada para taparse porque en el antro no hay dónde guardar las cosas.
Además, se arropan con el abrazo o con el saco de su novio.
Sí, el sábado fue la fiesta de Graduación de la generación 2008-2011 de la Licenciatura en Psicología.
Fue muy agradable, pero en ese tipo de fiestas se complica conversar.
La música siempre está a decibeles demasiado altos para mis oídos.
O te tomas unos drinks, o te fumas lo que quieras o bailas a morir.
Yo no tomo drinks ni fumo y bailo como si tuviera dos pies izquierdos.
Y pues bueno, le hice al cuento un rato sobre la pista de baile como si yo fuera la mejor de las bailadoras.
Para ser honesta contigo todavía me faltan algunos créditos para obtener mi cédula, pero yo quería estar en la fiesta de Graduación de mis compañeros de generación así que asistí a mi pre-graduación.
Ya me falta poco para terminar y me la llevo con calma para no explotar mis nervios.
Es una carga muy pesada trabajar y estudiar al mismo tiempo.
Ahí voy, paso a pasito.
Y algún día, no muy lejano, después de terminar la licenciatura, estudiaré una especialidad y me dedicaré a la Psicología clínica...
Ese es mi sueño a mediano plazo...
Y sé que se me cumplirá porque ya lo tengo metido en la cabeza.
Bueno, me parece que hoy te hablé de todo y de nada.
Te mando un abrazo, dondequiera que estés.

jueves, 18 de agosto de 2011

El Chamaco En El Teléfono

Estoy convencida que no soy bipolar porque no oscilo de la profunda tristeza al subidón que me transforma en la más alocada de la fiesta; ni en ésa que cuenta chistes apoyándose en su natural histrionismo; tampoco bailo en la pista como si estuviera sola.
No soy bipolar pero sí soy una persona a veces triste y a veces contenta.
La semana pasada anduve como la pobre muñeca fea de Cri Cri, llorando por los rincones.
Esta semana los tonos grises van tomando otros tonos más alegres.
De manera gradual me voy sintiendo con mejor ánimo.
Comienzo a realizar mis actividades cotidianas con más energía.
Me provocan hilaridad las cosas simples nuevamente.
Y me hacen feliz esos momentos que para otros podrían no significar nada.
Como escuchar la voz de mis sobrinas hermosas ayudándome a contestar una encuesta para un trabajo escolar.
Como tener también en el teléfono al Coby, chamaco carismático que me dijo quiénsabequé, pero cuyo trabalenguas me encantó.
Hablar hoy con mis sobrinos fue de esos momentos inolvidables en la vida, de ésos que seguro formarán parte de las anécdotas que les contaré cuando sea la tía viejita...
...que se niega a ser viejita.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Gracias Jana

Yo no creo que las hadas, pero de que las hay, las hay. 


Gracias Jana Martínez Cranss, tus palabras me conmovieron hasta la médula. 


Me hicieron sentir tan bien.


Me levantaron el ánimo.


Con mucho gusto iré a la graduación a 


celebrar con mis amigos y colegas 


psicólogos con quienes emprendí este 


sueño que pronto se hará realidad.

jueves, 11 de agosto de 2011

La Pasión

Ayer te conté sobre mi cadena de deseos interminables que, según yo, son posible motivo de mis dilemas existenciales.
Al salir de la oficina fui a recorrer por lo menos tres tiendas departamentales para recabar precios de refrigeradores porque el que teníamos en casa decidió irse a descansar.
Una vez que tuve mis tres listas con precios y modelos de refris, me dirigí a casa.
Tenía la tarde libre así que me dispuse a ver una película más de Ingmar Bergman, titulada en español "La Pasión de Anna" (1969) y llamada simplemente "La Pasión" en sueco.
En este filme los cuatro personajes medulares viven en una soledad acompañada.
Andreas y Anna
Eva y Elis son un matrimonio aburrido uno del otro, situación que ha llevado a la mujer a sumergirse en una profunda depresión que la mantiene insomne por las noches.
Anna y Andreas se acaban de conocer y han decidido vivir juntos. Ella es viuda y él parece ser es divorciado, su estado civil o situación sentimental, como lo llaman en el facebook (qué risa), no es del todo clara, como suele suceder en las películas de Bergman.
La soledad, el desencanto, la insatisfacción y la desintegración forman parte de la psicología de cada uno de estos personajes.
También se proyecta la representación de las diferencias entre lo femenino y lo masculino, particularmente en la escena en la cual Anna, durante el desayuno, pregunta a Andreas qué hará ese día. El hombre calla. Ella repite la pregunta. El hombre hace mutis nuevamente y se levanta enfurecido, toma su hacha y sale a cortar la leña.
La mujer se siente sola y necesita comunicarse.
El hombre se siente solo y necesita encapsularse.
La soledad a deux los lleva a la desintegración, visualmente representada en la escena en la cual la pareja sobrepasa la violencia psicológica y llega al maltrato físico.
A mí me parece que además del desencanto y la soledad es la falta de PASION lo que más atormenta a los cuatro personajes.
Mi cadena de deseos, como te platiqué ayer, son el motor que me impulsa hacia adelante, pero a ello se suma la pasión.
Yo siento que me desintegro si no existe la pasión en mi vida y en lo que hago.
Como bien dice la Mtra. y Psicóloga Diana Cantellanos, "Pasión es lo que soy, lo que hago, mi motor. Si no existiera la pasión en mi vida no gozaría, no disfrutaría, no me dolería, no me retaría, no soñaría, no desearía. La pasión es lo que me levanta, me nutre, me prende, me hace dar y recibir; me mueve a desafiarme, arriesgarme a equivocarme y volver a empezar".

Liv Ullmann (Anna) en un close up característico de Bergman


Bibi Andersson (Eva), en otra toma típica del director sueco


miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Estoy Mal?

Lo que te voy a platicar el día de hoy en este espacio no es nada nuevo, de esto ya han hablado, desde hace muchos años, los estudiosos del comportamiento humano, entre ellos Sigmund Freud.
En mi caso en particular, estoy llegando a la posible conclusión que mis dilemas existenciales radican en mi insaciable deseo, para bien y para mal.
Y no pienses que estoy refiriéndome solamente a las cuestiones sexuales, hago alusión aquí a algo más que eso, mi discurso no se enfoca meramente a los impulsos humanos básicos.
Me refiero a esos deseos que han sido el motor impulsor para estar justo en el lugar en el que hoy me encuentro.
Me refiero a esos deseos que una vez realizados generan otros nuevos.
Me refiero a esos nuevos deseos que siempre vienen acompañados de expectativas cada vez más altas.
En mi larga lista de deseos han figurado de diversas variedades.
Por supuesto he tenido, tengo y tendré deseos por las cosas materiales, sería poco honesta si te dijera que las frivolidades no van con mi persona.
También he tenido, tengo y tendré deseos de aprender más, conocer más, investigar más. Espero y deseo nunca conformarme con lo ya leído, visto o experimentado.
En mi extensa lista de deseos ha estado siempre el de encontrar el verdadero amor.
He deseado ser exitosa en el terreno profesional, he deseado recorrer caminos felices, he deseado visitar lugares lejanos, he deseado ser más asertiva.
Mis conflictos emocionales se presentan cuando ya satisfecho un deseo surgen de mi interior nuevos deseos.
Si ya tengo la casa que deseaba, por ejemplo, ahora deseo una más grande.
Si ya leí ese libro que busqué con tanto afán ahora me nace el deseo de encontrar uno nuevo que me represente un reto.
Si ya me maravillé con la vista de las Barrancas del Cobre ahora surge en mi corazón el deseo de explorar otras montañas.
Si ya he encontrado el verdadero amor ahora deseo que éste crezca y no se acomode en la tumba de la rutina.
Si se han cumplido varios de mis sueños ahora sueño con nuevos sueños.
Y así podría continuar infinitamente con mis listas de deseos cumplidos y de los que ahora deseo que se cumplan.
Y en mis momentos de introspección he llegado a la posible conclusión que mis dilemas existenciales radican precisamente en mi incesante desear y por mi insaciable desear no lograr obtener satisfacción como diría el buen Jagger.
No me he tomado el tiempo de pararme justo donde estoy aquí y ahora, mirarme en un espejo y agradecer a la vida y al universo por haberme cumplido casi todos mis deseos...
Y digo casi porque sólo uno fue el que la vida no me otorgó...
Mi deseo de dar vida a otro ser humano.
Y es que no se puede desear todo en la vida ¿cierto?





martes, 9 de agosto de 2011

Los Porqués de Amarte Arte

Hoy comparto contigo una reflexión sobre la relevancia del arte en nuestra vida. Se trata de una tarea que hice para la materia "Formación Profesional, Cultura y Arte".
Por naturaleza los seres humanos necesitamos de otros seres humanos para sobrevivir, pero sobre todo, para ser humanos.
Aprendemos el lenguaje, usos y costumbres mediante la convivencia con  otros de nuestra especie.
La comunicación verbal es vital para entendernos y para algunos se convierte  en  imperiosa la necesidad de expresar nuestro sentir a través de medios diferentes a los de la palabra hablada.
Algunas formas de arte son el vehículo mediante el cual podemos expresar  nuestras emociones a otros seres humanos.
A través de la expresión artística también podemos percibir la sensibilidad de otros, comprender sus emociones de alegría o melancolía.
Mediante el arte se hace posible transmitir u observar la idea de la belleza o del lado oscuro de las cosas que interesan al humano.
Estoy convencida que mediante las diferentes manifestaciones del arte nuestra vida se enriquece, se desarrollan habilidades a veces desconocidas, se estimulan conexiones sinápticas.
La expresión artística o la admiración del arte propio o ajeno, contribuye a exaltar la imaginación, invita a la reflexión, a la introspección, a manifestar nuestras opiniones.
Mediante la contemplación de una obra pictórica, el disfrute de una película, la lectura de un poema, o la escucha en paz y en calma de esas notas musicales que nos llegan al corazón, es posible asociar ideas, activar nuestra mente y comunicarnos a un nivel más profundo con otros seres humanos; nos da pie a  conversar sobre asuntos menos triviales y más enriquecedores para el alma.
En cuanto a mi formación personal, el arte ha estado siempre presente en la forma de la literatura, la música, el cine y la fotografía.
La literatura me ha abierto ventanas a mundos que de otra forma yo no conocería, a culturas diferentes a la mía, a todo tipo de personalidades y a otros tiempos y espacios.
La música ha estado presente en mi vida desde que tengo memoria. Primero fue a través de mis padres, luego por medio de mis grupos de amistades en la escuela o por la influencia de personas que han dejado huella en mi vida, como este profundo gusto que tengo por la música, por ejemplo.
Por amor a la música de varios géneros, particularmente jazz, blues, soul, rock, clásica y pop he conocido de situaciones que atormentan o magnifican la vida del ser humano. Es a través de la música que a veces alegro mis sentidos y descubro situaciones ajenas a mi vida. Es la música quien también me acompaña en los momentos oscuros de mi existencia.
El cine es otro amigo que ha estado en mi vida desde mi más tierna infancia. A través de las proyecciones en la pantalla he conocido lugares lejanos, a los personajes buenos de la historia y a la bruja del cuento. He accedido a costumbres y épocas remotas.
Muchas películas me han gustado por su guión, otras por su edición, por la música, por los actores, las escenas, los diálogos, la dirección y la fotografía.
Hay cintas en las que he disfrutado las fotografías más espectaculares.
Y bueno, de ahí se desprende mi cariño por otra amiga a la cual le tengo alta estima, la fotografía.
La primera carrera profesional que estudié fue la licenciatura en Periodismo. Ahí cursé una materia en la que aprendí un poco sobre la fotografía.
Me gusta retratar rostros, captar las expresiones del ser humano, inmortalizar sus emociones a través de lo que veo por la lente de mi cámara. 
No me considero una buena fotógrafa pero es un pasatiempo que realizo por amor al arte.
Y hablando nuevamente de arte, éste ha contribuido de manera importante para mi formación profesional.
Los pocos años que ejercí como periodista el conocimiento y apreciación por la literatura, la música, el cine y la fotografía me sirvió de gran apoyo para desempeñar el oficio.
Con el tiempo cambié de giro y entré a trabajar a una empresa que se dedica a la producción y distribución de tarjetas de felicitación.
En esta empresa yo era la encargada del Departamento de Planeación de Producto y me tocaba seleccionar las imágenes o diseños de las líneas de tarjetas que lanzaríamos al mercado para Navidad, San Valentín, Día de las Madres y Día del Padre, así como las de toda ocasión para celebrar los  Cumpleaños, Aniversarios, Bodas, Nacimientos de Bebés y otros rituales acostumbrados por el ser humano.
Ahora me dedico a estudiar la licenciatura en Psicología y pretendo un día dedicarme a la Psicología Clínica.
Estoy convencida que el conocimiento en artes plásticas, música, literatura, cine y foto será un buen aliado para mí.
Lo sé porque actualmente estoy en psicoterapia y mi analista recurre en ocasiones a ejemplos de personajes míticos o arquetípicos, a características psicológicas de personajes del cine y de la literatura para ayudarme a darle forma a  los fantasmas de mi psique.
Y bueno, después de esta reflexión sobre la importancia que ocupa la expresión artística para el ser humano, me parece que en nuestro país no hay suficiente difusión del arte y la cultura, o si la hay se concentra en las ciudades más grandes y en ciertas zonas o colonias de tales ciudades. 
Es una pena que así sea... esperemos que eso, entre otras cosas, alguna vez puedan cambiar.

lunes, 8 de agosto de 2011

La Mala Influencia

A quienes nos gusta comunicarnos por medio de la palabra escrita, me atrevo a decir nos es prácticamente imposible no hablar de nuestros propios sentimientos, sobre todo cuando éstos andan deambulando por los laberintos más oscuros. Es entonces cuando nuestros demonios internos más invitan a escribir.
La tristeza es, lamentablemente para mí, una amiga de ésas que una madre calificaría como mala influencia. Esta amigamalainfluencia me acompaña desde hace varios años.
Yo no la invité a entrar en mi vida, entró solita por alguna puerta que olvidé cerrar con llave.
Se instaló cómodamente y ha estado ahí por mucho tiempo.
A veces se va por una temporada larga, luego regresa para quedarse un par de días, en ocasiones ha estado ausente por varios meses, pero siempre retorna a mi casa. Nunca tengo la certeza de los días que se quedará.
El año pasado me hartó.
Le compré sus zapatillas de ballet y la mandé de puntitas derechito a la chingada.
Por primera vez me permití recurrir al uso de antidepresivos para combatirla.
Y fue como un acto de magia.
Al cabo de tres semanas la maldita tristeza partió con todo y sus zapatillas de ballet.
Fui tan feliz cuando se largó.
Durante varios meses anduve muy contenta, sin ese nudo en la garganta atorado, sin la angustia del miedo al mismo miedo.

Pude dormir más de seis horas seguidas sin despertarme para pensar en cosas que al día siguiente no recordaría; se me quitaron las ojeras de vampira, recuperé un poco de energía.
Me di cuenta que antes de los chochos le daba importancia a los asuntos más triviales, comprendí que la vida no es tan complicada como una se la hace.
Hubo un día que consideré prudente decirle adiós a los chochitos.
Pensé que yo ya estaba preparada y equipada para nunca más dejar entrar a la pinche tristeza a mi casa.
Pero a los dos meses de haber abandonado el medicamento, me dieron ganas de llorar por los rincones, como la muñeca fea de Cri Cri.
Otra vez sentí ese nudo en la garganta, el sabor amargo en el esófago, la ansiedad que obliga a cerrar los puños.
Y me vi en la necesidad de volver a usar los antidepresivos.
Sin embargo, al parecer la pinche tristeza se ha hecho inmune a la paroxetina. La muy perra, sin ofender a los canitos y canitas, insiste en hacerse presente.
Ahora se me apareció en forma de llanto incontrolable.
Inconsolable estoy aunque el mundo me diga que lo tengo a mis pies.




lunes, 1 de agosto de 2011

Trocitos de Pastel

Empieza el octavo mes del año y en Mexicalpán de las Tunas experimentamos un verano fresco y lluvioso, como siempre.
En los días nublados me siento melancólica, mas no siempre ha sido así.
Cuando estaba en mis 20's me fascinaba la lluvia y también pensaba que la felicidad consistía en entrar a un lugar mágico caminando bajo un arcoiris escoltado por pilares de colores.

Ahora prefiero mucho más el sol y pienso que la felicidad
se parece a trocitos de pastel
que se pueden comer un día sí y otro tal vez no.
Estos trocitos de pastel no son jamás del mismo sabor, forma o textura.

A veces son muy dulces, otras ocasiones agridulces y otro día pueden ser de chocolate amargo.
Estos trocitos de pastel a veces son cuadrados, otras ocasiones triangulares y otro día pueden ser tan sólo un bocado.

A veces son muy suaves, otras ocasiones son crujientes y otro día pueden ser muy duros.

La felicidad es ahora para mí como un trocito de pastel que me impregna de gozo, paz mental, tranquilidad, equilibrio y salud emocional.