martes, 16 de febrero de 2010

Si Lo Sabe Dios, Que Lo Sepa El Mundo

No sé si serán las hormonas, últimamente más locas que lo acostumbrado... o si será la bola de años... o la incipiente primavera, lo cierto es que frecuentemente aparece en estos ojos negros que poseo, o en uno solamente, la lágrima trémula, como la que derramaban Remy, Heidi o Candy Candy en aquellos programas trágicos de dibujos animados que pasaban hace algunas décadas -todo tipo de desventuras vivían estos pobres chiquillos-.

Si es una película de final feliz, lloro. Si es un filme de final no feliz, como los del cine francés, chillo. Si es un comercial, a mi juicio "tierno", sollozo. Si se trata de palabras, a mi juicio "lindas", dirigidas a mi persona, la lágrima me traiciona. Si se trata de palabras, a mi juicio "no tan lindas", dirigidas a mi persona, aparece el llanto.

Si se trata de la lectura de algo, a mi juicio triste, como cuando Tomás decide darle una muerte digna a Karenin, pues el tumor extirpado no erradicó el cáncer del perrito, el cual con todo y enfermedad jugaba con sus dueños, se me desbordan los ojos de lágrimas. Por cierto, para Tomás los juegos de Karenin eran su sonrisa. Bueno, chillo y berreo cuando vuelvo a leer este pasaje de "La Insoportable Levedad del Ser".

Si se trata de la escena en la que Ross y Rachel se besan por primera vez en "Central Perk", con un tema de U2 de fondo, que en este momento no recuerdo exactamente cuál es, lloro de emoción. Si se trata de mirar a la pareja de alemanes que compitió anoche en patinaje artístico en las olimpiadas invernales, se me enchina la piel de los antebrazos y pantorrillas y lloro, al ser testigo de tal poesía en movimiento.

Si se trata de pensar en la miseria que abunda en este planeta, en la hambruna y en las personas que viven en Haití, me conmuevo, lloro de tristeza y frustración.

Es un hecho, soy una máquina de lágrimas humana, lloro mucho, lloro poco, lloro cuando es necesario, lloro sin pena, mostrando mis sentimientos. Ya ni me seco las lágrimas al final de la película triste... total, si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo.

No hay comentarios: