lunes, 1 de febrero de 2010

La Felicidad Es Muy Simple

Pienso que las cosas simples son las que construyen la vida y ayer fue uno de esos días en los que mi vida agregó algunos ladrillos de felicidad. Una tarde agradable en casa de Terry, Ceci y mis adorables sobrinos, como el título de aquella serie setentera que pasaban en la televisión. Vinito tinto, tarde nublada y fría, comimos informalmente, sentados alrededor de la mesita de la sala, una paella comprada en La Europea, ensalada de lechuga con aderezo de pimiento morrón con ajo y aceite de oliva, preparado por Terry, jaibas rellenas y de postre mi famoso helado bañado de chocolate derretido, nueces caramelizadas, arándanos y cerezas. En esta ocasión faltaron las cerezas porque se me acabaron y no las he resurtido, pero no faltaron anécdotas, historias y recuerdos compartidos. Hubo asimismo la oportunidad de subir a tribuna y compartir con Ceci experiencias similares a raíz de nuestra cirugía de lo mismo, casi al mismo tiempo, el año pasado. Conversamos sobre música y aquellos programas radiofónicos que escuchábamos en los ochenta. ¿Recuerdas "Noche Mágica" en WFM o el pavo asesino de Rock 101? Platicamos también sobre películas, Ceci y yo somos fans de las de Tarantino, pero no quiso que le contáramos nuestra muy  conocedora crítica sobre "Inglorious Bastards" (Bastardos Sin Gloria), no ha tenido tiempo de verla, quiere disfrutarla sin contaminación de ideas ajenas. Baby face y yo habíamos visto la noche anterior "True Romance" (La Fuga), con Christian Slater y Patricia Arquette, filme cuyo guión fue escrito por Tarantino. Diálogos, situaciones, filosofía y "moral" Quentinesca en todo su esplendor. Disfruté la película como mi niña interior en Disneylandia. Y hablando de niños, mi sobrina Ximena me hizo muy feliz al pedirme que sea su madrina de primera comunión, invitación que acepté con gusto y entusiasmo, aun cuando yo me había prometido y casi jurado no volver a ser madrina de nada porque me chocan las pláticas a las que todo padrino y madrina deben ir para recordar los sacramentos de la iglesia. En fin, por sobrinas que adoro soy capaz de chutarme las pláticas que sean necesarias. Y siguiendo con el tema de niños, mi sobrino Coby es un chavito genial, sonríe ampliamente mostrando sus pocos dientitos cuando su papá le canta el tema musical de "Two And a Half Men". Estos dos eventos hicieron mi tarde de ayer y la tarde de hoy también estoy contenta, escuchando a Barry White, marmoteando en mi computadora, MV trabajando en la suya, Kana echada en su tapete, saliendo de vez en cuando al chisme cuando los perros de los vecinos ladran. La vida es bella, aunque a veces la miopía me nuble la visión.

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