martes, 23 de febrero de 2010

Feliz Cumpleaños Para Mí

"Que tengas un Feliz Cumpleaños", lugar super común de las tarjetas Hallmark, se convirtió en una realidad, mucho más allá que las palabras. El 19 de febrero no fue un día feliz para mí... fue un día memorable. Lo memorable de este cuento empezó para mí desde el día anterior, al apagar las velitas del pastel de Sanborn's que me ofrecieron mis compañeros de trabajo. El típico pastel de Sanborn's relleno de mermelada de fresa y nueces, adornado con enormes flores de merengue. El típico pastel que mi mamá compraba para las fiestas de las cuatas, cuando éramos chiquitas. Yo creo que por eso me gusta tanto, así como me gusta la mayonesa McCormick, el Chocomilk Pancho Pantera y la miel Karo maple. Lo que comía cuando niña es lo que me sigue gustando. ¿Será por la nostalgia?

Más tarde, fui a plaza a pagar la tarjeta de crédito del PPH. Adivinaste, compras decembrinas que estoy pagando a 18 mil meses sin intereses, SUFRO cada mes. Ya estando ahí decidí no ir al club a hacer ejercicio, fui indulgente conmigo misma, con el pretexto de que al día siguiente era mi cumplete, palabra que plagio de mi primo León. En lugar de matarme en el gimnasio opté por marmotear un rato en el centro comercial, prometiéndome a mí misma no comprar dementemente con el pretexto de mi cumple.

Salí del PPH e iba caminando frente a Sanborn's, pensando en la marmota, cuando me topé de frente con Marco Vernon, quien noté se puso nervioso, más que feliz, de encontrarme, sin haberlo planeado, entre tanta gente. Como toda buena mujer, tengo ojos de scanner y parabólica integrada, por tanto alcancé a ver cómo escondía tras de sí una bolsa de papel roja y grande. Me dio risa y lo miré a los ojos. No supo qué decir y supongo que por eso sólo atinó a preguntar qué me ocasionaba tal hilaridad. Lo que escondes tras de ti, díjele sonriendo. Al verse atrapado con las manos en la masa, su alternativa más viable fue reconocer que los planes de sorprenderme habíanse ido de paseo. Como diría mi mamá: "Uno pone, Dios dispone, viene el Diablo y todo lo descompone"; o como diría Lennon "La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo planes"; o como díría yo: "Lo único que cuenta es el aquí y el ahora".

El caso es que de cualquier manera fue una sorpresa bastante agradable la forma en que recibí el regalo de cumpleaños de parte de MV. Nos fuimos a cenar al Italiannis esa ensalada campesina que tanto me gusta. Te la recomiendo ampliamente.

El mero día de mi cumple el plan era ir primero al club a hacer ejercicio -y yo que había sido tan indulgente conmigo misma una noche antes-, para luego tomar la carretera con rumbo a la tierra que me vio nacer. Afortunadamente llamó mi amiga Alejandra para cantarme las mañanitas y, al saber cómo era nuestro itinerario, apuntó para mi bien y el de toda mi santa indulgencia: "¡Están enfermos! Yo, que ustedes, ya estaría en Acapulco". Dicho esto en el altavoz del aparato telefónico, retacamos el coche con todo lo necesario para un fin de semana y emprendimos el viaje por los caminos del sur.

Los volcanes enamorados y el Ajusco, todo solitario, nos acompañaron buena parte del trayecto. Cielo azul y sol brillante, hasta apetito me dio y paramos en la Fonda 4 Vientos para comer cual pelones de hospicio. Pedimos y acabamos con varios tacos de cecina de Morelos, frijoles bayos refritos, chilaquiles en salsa verde con crema y queso fresco. Nos tomamos dos Yolis y de postre arroz con leche y flan de queso.

La verdad es que esa noche yo no tenía mucha hambre, pero era menester, justo y necesario, seguir con la celebración. El lugar seleccionado fue el Bistro Mosaico, cuyo menú francés en otras circunstancias me habría fascinado, pero esa noche, tras el atracón que me había prodigado en el 4 Vientos, todo me parecía excesivo y muy pesado. Y ahí nos tienes a Chimis, Chalo, mi tía Irma, quien además es mi madrina, a MV y a mí buscando platillos ligeros para no subir los kilos que ya hemos eliminado con la dieta de pánico post decembrino.

Fue una velada muy agradable en el pueblo que me vio nacer. Si conoces a Chimis sabes a qué me refiero, es una de mis primas más divertidas, ella es desinhibida, habla como quiere y le vale sorbete el protocolo. Si no conoces a mi prima Chimis, no sabes de lo que te has perdido.



Al terminar la cena nos fuimos a partir mi segundo pastel, con mil velitas y de Sanborn's, por supuesto. En la oficina me habían dado uno para partir con ellos y otro para llevar. Eso es vida. Las cosas simples. Hoy día, más que antes, agradezco todo lo que la vida me ofrece... desde la facultad para ver los volcanes nevados, hasta saborear una rebanada de pastel con mermelada de fresa.

Los demás días fueron de sol, mar y arena... días que no dejé de comer y beber cosas ricas, ni modo, ya iré al club a quemar lo bien comido y bien bebido. Días de mojitos, días de ver las olas ir y venir, días de calor rico, días de reírme con mis primos, días de jugar dominó cubano hasta bien entrada la noche, días de volver a trotar en la playa y yo que pensaba que ya no estaba para esos trotes... se me hace que me voy a inscribir para la carrera de Imagen, son sólo 10 Km., total... en una de ésas hasta un maratón me aviento.

Este 19 de febrero recibí muchas llamadas de gente que me quiere, mi teléfono móvil no dejó de sonar con mensajes entrantes a mi correo electrónico o a mi página en el feisbú. Qué grato recibir palabras tan bonitas dirigidas a mi persona, tantos besos y abrazos virtuales, tantos besos y abrazos reales. Qué grato saberme tan querida y apreciada. Este 19 de febrero fue especial porque cumplí 45 años y los celebré en mi tierra, en mi muy adorado Acapulco...

Algún día viviré allá, de eso estoy segura...

Ya lo decreté... uno de estos días mi deseo se hará realidad...

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