sábado, 22 de septiembre de 2012

Hace Falta Valor


Hoy no hubo clase, el maestro revisó algunos proyectos, entre ellos, el mío. Me indicó cuáles son las correcciones debo realizar a mi trabajo de investigación.
Otra vez a invertir mi tiempo en esa tarea, como si yo, Lilia de las Montañas Guerrerenses, no tuviera ninguna otra cosa interesante qué hacer con mi vida.
Mi siguiente clase comienza a las 10 am, tiempo suficiente para venir corriendo al Star más cercano a la UVM y zamparme un rollo de canela caliente y beber un caramel macchiato delicioso.
Supuestamente algunos de mis colegas de Métodos II también vendrían, pero creo que se les atravesó el puesto de las garnachas.
Y bueno, sentada aquí, junto al ventanal, tengo oportunidad de estar conmigo y con mi mente.
Entre los pensamientos que rondan mi cabeza, que no son pocos, se hace presente el siguiente.
En las últimas dos semanas varias personas me han hablado de mi valor para tomar decisiones importantes y de mi temple para andar por la vida como si nada hubiera pasado.
Me perciben sonriente, feliz, divirtiéndome, auténtica, en la playa, en restaurantes y bares con mis amig@s y prim@s, terminando un cuatrimestre más de la Licenciatura en Psicología, comunicativa, sociable y admirable.
¿Te digo algo?
Es más fácil mi tarea de la materia Métodos II que trabajar en esa templanza a la cual se refieren quienes me han halagado con sus percepciones sobre mí.
Hace falta valor, hace falta valor, como decía aquella canción de aquella banda que ahora no recuerdo los nombres.
Hay días en que me he azotado muy grueso.
He llorado a cántaros.
Me he flagelado escuchando una y otra vez las rolas del desamor.
A veces he imaginado que me voy a petrificar en vida sin encontrar a lo que yo considero Mr. Right.
En ocasiones me he tenido que salir arrastrando de la cama para levantarme.
En ciertas horas, de ciertos días, me ha invadido la nostalgia.
Han habido situaciones que anegan de lágrimas mis piscianos ojos.
Ha sido una labor titánica juntar mis pedacitos rotos, pero no imposible.
My Sweet Lord, el Universo, you name it, me han conferido resiliencia y me han dotado con una máquina productora de polvos de hadas para salir avante, así como de un séquito de ángeles, entre ellos tú, que ahora me honras con tu tiempo al leer mis líneas.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

But You kept the rain falling down on you...
All the time, all the time...

:(

Lilia Carrillo dijo...

And I so regret it...

:(

Angeles Calderón dijo...

Disfruto tanto leer tus líneas.

Lilia Carrillo dijo...

Gracias, querida Gela. Es un placer que mis líneas provoquen el disfrute de quien me lee. Te mando un beso.