viernes, 21 de enero de 2011

Los Deditos Congelados

Conseguir un taxi el 25 de Diciembre a las dos de la madrugada en Hamburgo es una pesadilla, no de la calle del infierno, sino del mismísimo polo norte.
Imagínate salir del lugar calientito, tras haber cenado los manjares turcos, la deliciosa pasta, el rico salmón y el fondue de queso del asco, al maldito frío del demonio.
Además tienes sueño y hay que caminar tres cuadras laaaaaarrrrggggaaassss sobre la nieve y el viento en tu cara.
Llegas a la avenida principal y pasa uno y otro taxi... todos van ocupados.
Ya has llamado a todos los sitios de taxis disponibles en la ciudad y en cada uno te ha contestado la grabadora: "Oooppppssss, esto se está llevando más tiempo del usual, vuelva a marcar más tarde" (en tono alemán, claro está).
Figúrate que cada minuto transcurrido se te van congelando los deditos de los pies, con todo y botas para tal clima.
Ya te imaginarás mi alegría cuando al fin pasó un taxi libre y lo tomamos hacia la calientita casa de Dorothea, mujer que no cocina nada y le gusta esnorquelear.

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