miércoles, 26 de enero de 2011

La Camilla Del Autobús

Valentina, es decir, yo misma, iba muy contenta en uno de los autobuses rojos de dos pisos, típicos de Londres.
Miraba por la ventana a las personas, parques bien cuidados, a los perritos con sus amos y las vitrinas de las tiendas de marcas cuyos precios son ridículamente caros.
Se dirigía de Picadilly Circus a Imperial Road, en Chelsea by Thames.
De pronto, subió al autobús una elegantísima dama vestida de negro y sombrero de ala ancha.
Sobria, clásica, perfecta de pies a cabeza, sin una pelusa en la ropa y ningún cabello fuera de lugar.
Caminaba erguida y probablemente rebasaba los 60 años de edad.
Iba acompañada de un hombre no tan distinguido como ella.
La mujer se parecía mucho a la Camilla Parker Bowles en versión guapa.

La mujer del autobús era la Camilla en versión mejorada

Así que Valentina viajó en un autobús con el clon de la Camilla, pero vio a la real y verdadera Sarah Ferguson, Duquesa de York, mejor conocida como "Fergie", en la famosa tienda Fortnum & Mason, fundada en 1707.
En esta tienda departamental de artículos para el hogar, infusiones, quesos y vinos gourmet los vendedores andan ataviados con sacos largos, a la usanza del siglo XVII.
Hay un piso completo dedicado a gran variedad de infusiones; en otro se venden preciosos juegos de servicio de té de porcelana; hay un departamento con todo tipo de artilugios para preparar el té.
No falta el piso dedicado a artículos para damas y otro para caballeros.
Y por supuesto hay un salón de té para degustar toda clase de manjares y pastelillos.
La "Fergie" llevaba un sombrero que le cubría media cara, pero no la identidad, la pelirroja fue fácilmente reconocida por Baby Face quien la señaló con la discreción propia de los hombres. Esta mujer llamó su atención, después le dijo a la Valentina, por su "aire pipirisnais" imposible de ocultar.
La Valentina, indiscreta como toda buena mujer, fue directito hasta donde ella estaba, seleccionando algún frasco de mermelada o compotas.
La miró de cerca y pensó: "Está bien cirujeada" y regresó a la sección de chocolates que no compró ahí, sino en una tienda de cuento de hadas, cuando estuvo en Brugge.

A la izquerda un vendedor con el saco largo
Los empleados en los años 1700's
Quiero algo similar, no había diseños contemporáneos, sólo clásicos, éstos me gustan para verlos, no para servir el té en casa

Los candelabros como éste decoran cada departamento
Una de las entradas a la famosa tienda londinense


No hay comentarios: