miércoles, 29 de febrero de 2012

Mirada Masculina

- Te amo, no te quiero. Te amo sin dolor, no como dice aquella canción de José José, la de amar es sufrir, querer es gozar -expresó ella mientras se cepillaba el cabello frente al espejo.

- ¿Cómo sabes que me amas? -preguntó él como si no comprendiera lo que la mujer manifestaba.

- Lo sé porque te abrazo con toda tu humanidad.

- ¿A qué te refieres? -inquirió nuevamente el hombre, ahora más curioso que carente de empatía.

- Intento decirte que amarte para mí significa recibir tu ser íntegro, con todo y lo que otros llamarían tus debilidades o defectos. Te abrazo en mi vida con tus virtudes y manías. Te amo, admiro, respeto y honro aquello que me brindas.

El hombre terminó de prepararse para ir a su trabajo, con ese semblante de preocupación masculina, cuando su mente está ya en el negocio.
Se despidió de la mujer con un beso y ella vio en él un brillo particular en su mirada.
Ese destello en el mirar masculino, cuando su mente está ya en otra parte, pero su corazón está presente en el aquí y en el ahora.

4 comentarios:

Anonymous dijo...

Solamente me queda decir:
¡Hombres!

:)

Lilia Carrillo dijo...

...y las mujeres también tenemos lo nuestro...

Héctor García dijo...

En el torbellino de la vida cotidiana, lo "urgente" suele robarle su lugar a lo importante.

Lilia Carrillo dijo...

...lamentablemente lo "urgente" acaba con la paciencia y con las relaciones.