martes, 25 de mayo de 2010

Esto Medio Se Parece Al Tranvía Llamado Deseo

Desde hace varios días me siento como Blanche Dubois cuando visita a su hermana en plena temporada de calor sofocante en Nueva Orleans.

Me siento como ella por el calor que me derrite mas no por identificarme con su desequilibrio mental o su pasión secreta por su cuñado Stanley.

Las chilangas acapulqueñas y las chilangas no acapulqueñas también, andamos de blusita sin manga en la oficina. Las más audaces se ponen minivestidos y falditas, las más penosas hemos sacado las faldas a la rodilla, las cuales llevaban siglos en el clóset.

He visto a varias con su abanico, ya no me siento sola con mis bochornos. Los chilangos estamos en el bochorno, sudando la gota gorda.

En la noche dormimos como en los puertos... adivina cómo se duerme en los puertos.

No hay agua que sacie la sed, ni ventilador que nos refresque.

Quisiéramos tener nuestras hamacas hechas a la medida en la oficina... casi todos o más bien todos andamos a un ritmo mucho más lento y con antojo de algo frío. Una cerveza con limón y sal no me caería nada mal... para nada mal.

No es broma... Es muy serio este calor del demonio que se ha apoderado de la ciudad que digo se medio parece al Tranvía Llamado Deseo por lo cálido del ambiente, sólo por eso.


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