jueves, 18 de agosto de 2011

El Chamaco En El Teléfono

Estoy convencida que no soy bipolar porque no oscilo de la profunda tristeza al subidón que me transforma en la más alocada de la fiesta; ni en ésa que cuenta chistes apoyándose en su natural histrionismo; tampoco bailo en la pista como si estuviera sola.
No soy bipolar pero sí soy una persona a veces triste y a veces contenta.
La semana pasada anduve como la pobre muñeca fea de Cri Cri, llorando por los rincones.
Esta semana los tonos grises van tomando otros tonos más alegres.
De manera gradual me voy sintiendo con mejor ánimo.
Comienzo a realizar mis actividades cotidianas con más energía.
Me provocan hilaridad las cosas simples nuevamente.
Y me hacen feliz esos momentos que para otros podrían no significar nada.
Como escuchar la voz de mis sobrinas hermosas ayudándome a contestar una encuesta para un trabajo escolar.
Como tener también en el teléfono al Coby, chamaco carismático que me dijo quiénsabequé, pero cuyo trabalenguas me encantó.
Hablar hoy con mis sobrinos fue de esos momentos inolvidables en la vida, de ésos que seguro formarán parte de las anécdotas que les contaré cuando sea la tía viejita...
...que se niega a ser viejita.

2 comentarios:

Héctor García dijo...

¡Viejos los cerros y reverdecen! jajaja

Me alegro que estés abriendo una vez más las puertas a la felicidad y que permitas que la tristeza salga por la ventana. Eso, según yo, quiere decir que tu trabajo de limpieza interior está funcionando. ¡Te felicito!

Lilia Carrillo dijo...

Y seguiré haciendo limpieza...
Gracias Héctor!