miércoles, 23 de noviembre de 2011

Se Hizo Mucho del Rogar

Tenía antojo de una cafetera Saeco, pero son ridículamente caras.
Con lo que cuesta una de esas maquinitas puedo hacer muchas otras cosas.
Como irme a la playita, por ejemplo.
Busqué y busqué, acompañada de mi amiga Alexia, hasta que encontré una Oster divina que hace exactamente lo mismo que una Saeco.
Prepara espressos y capuchinos.
Quizás hay quien opine que no es lo mismo un Mercedes que un Nissan,
pero en la actualidad ya no pienso así.
He trascendido lo material.
Y no soy Osho ni la madre Teresa de Calcuta.
Disto mucho de serlo, pero sí he aprendido que lo esencial en esta vida es el goce de los sentidos.
Lo que veo, lo que disfruto, lo que escucho, lo que siento, lo que escribo, lo que hablo.
Esas experiencias son las que se irán conmigo cuando me vaya a la otra dimensión.
Las cosas materiales aquí se quedarán.
Se irán a la basura.
Formarán parte de la contaminación ambiental y del deterioro del planeta.
Yo me iré de aquí con lo vivido y lo bailado.
Eso no se pudre, no estorba, no provoca dilemas de yo lo quiero, es mío, ella me dijo que me lo heredaba...
Y bueno, por ahora disfruto de mis buenos espressos preparados con mi lindísima cafetera Oster cuyo precio es 15 veces menor al de una Saeco.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades Valentina!
Yo creo que vas a disfrutar mucho esos cafés, a lo mejor de igual forma que los que te tocó probar con el Mercedes de las cafeteras.

Por ahí me dijeron de une espresso cortado con Baileys en lugar de la espuma de la leche es muy bueno.

Saludos!

Lilia Carrillo dijo...

Gracias Anonymous, por supuesto que voy a disfrutar mucho mis espressos con la Oster. Ya te contaré cómo sabe un espresso cortado con Baileys. Suena rico.

Héctor García dijo...

Totalmente de acuerdo en que hay que administrar(nos) de la mejor manera. Lo que nos conforma como seres vivos y conscientes es la intensidad de nuestras experiencias y la medida en cómo tocan otras vidas. Tú desde aquí tocas nuestra existencia al compartir tus valiosos relatos. ¡Gracias por tus regalos!

Lilia Carrillo dijo...

Gracias Héctor, encantada de saber que mis relatos son un regalo para ti.