martes, 22 de mayo de 2012

De Poca Madre

Tengo frente a mí un nuevo sendero.
No tengo idea hacia dónde me lleve.
De lo que tengo certeza es que el destino es lo de menos, lo interesante será el paseo.
De pronto me aterra la idea.
Salir de la zona de confort por lo general da miedo.
Sin embargo, me asustaba mucho más la idea de  apagarme.
Ahora siento cómo poco a poco los colores regresan a mi ser.
La sangre fluye por mis venas, mis ojos recobran el brillo, mi piel siente, el corazón me late y la sonrisa es sincera.
Me encontraba en un callejón sin salida, al menos así lo creía.
Todo era cuestión de perder el miedo a ser yo misma otra vez.
Se siente bien ser YO.
Se siente poca madre poder hablar, decir, gritar, esgrimir y hacer las cosas sin reglas, calendarios ni horarios.
La flexibilidad regresa a mis articulaciones, mi mente viaja, la imaginación regresa, los sueños se cumplen, la vida frente a mí se abre y me veo plena, llena, valiente y feliz.

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