martes, 28 de agosto de 2012

Prueba No Superada

Tienes total y absolutamente toda la razón, amiga mía, aún no lo he superado.
Todavía recorre mis venas, pasa por todo mi cuerpo.
El dolor se ha instalado, como los que mucho se despiden y pocas ganas tienen de irse.
Está en mi cabeza, pero eso no es lo más grave,
lo peor es que no se ha salido de mi corazón.
Me acecha sin piedad, como un fantasma, por las noches.

En las mañanitas su imagen es lo primero que viene a mi pensamiento.
Me aferro a la idea que estoy en esa fase del duelo en la cual se recuerda sólo lo bonito.
Quizás es la melancolía.
O la nostalgia.
El miedo al olvido.
La maldita sensación de vacío.
El terror a la soledad.
O es amor verdadero.
No lo sé.
Mi mente no contacta con mi corazón y viceversa.
El caso es que tienes razón, amiga mía, aún no lo he superado.
Y anoche contesté a tu aseveración que así es porque ha pasado poco tiempo.
Espero que solamente ése sea el motivo,
porque tanto sufrimiento se está volviendo verdaderamente insoportable.

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