jueves, 10 de febrero de 2011

Un Cariñito A La Antigüita Sabe Mejor

Hoy en la mañana me despedí de Baby Face, luego de la Kana, con todo y sus ojitos de Troll, y me dirigí al aburrido buzón segura de encontrar lo mismo de siempre: correo basura o bancario, publicidad, cuentas por pagar. Pero entre todos esos sobres blancos resaltaba uno de color rosa pastel.
Seguro es para mí, pensé, por el tono del sobre y por mi nombre grabado con letra bonita y tinta negra.
Subí apresuradamente a mi automóvil, con la urgencia de abrir la misteriosa misiva.
Desesperada por saber el contenido, recibido por correo tradicional, (Wow!), rompí el sobre sin observar protocolo alguno.
Mi corazón latía aceleradamente.
Era una tarjeta de San Valentín en cuya portada decía: "Para mi Hermana".
Estaba engrapada.
¿Cuál de mis hermanas habríame enviado tan hermosa tarjeta Hallmark?
Quité sin sumo cuidado la grapa y descubrí a la emisora.
Mi amiga Alexia, no hermana consanguínea, pero sí hermana por elección.
Elección mutua.
Mis ojos lloraron conmovidos al leer el contenido, me decía un mensaje preciso, en el momento necesario.
Hace mucho tiempo no recibía por correo tradicional palabras posibles de guardar en mi preciosa caja de los recuerdos. Algún día te contaré sobre este cajita que no sólo contiene memorias sino también deseos.
Hace mucho tiempo no sentía esa emoción de ver en mi buzón un objeto tridimensional cargado de cariño.
Hace mucho tiempo no tenía oportunidad de atesorar un detalle generado por un ser querido.
Estarás pensando que mis opiniones están sesgadas porque yo trabajo para una empresa dedicada a distribuir sentimientos, pero te aseguro no es así.
Está bien, de acuerdo, sí tengo la camiseta perfectamente puesta. Sí considero los productos Hallmark son de la más alta calidad a nivel mundial, pero estoy plenamente convencida que no es lo mismo recibir un correo electrónico o un mensajillo por el celular, a descubrir en el buzón de tu casa una misiva de alguien que se tomó la molestia de ir a comprarla a una tienda, ponerle un timbre y depositarla en la oficina postal.
La emoción de recibir un cariñito a la antigüita es incomparable.
Sabe bien, sabe mejor.
Nada que ver una cosa con la otra.
Mi querida Alexia, hiciste mi día... gracias...

Friends from the beginning... Friends to the end...

2 comentarios:

Alexia dijo...

Esa era la intención Kiri, reactivar esas emociones que la tecnología nos ha hecho olvidar. Sí, es a la antigüita, pero nada más el método, no tu amiga...

Valentina dijo...

Eso me queda claro : )

La tecnología tiene ventajas pero a veces nos abruma...

¿Te acuerdas cuando no había celulares? Ahora es un tormento olvidarlo en casa..