lunes, 27 de junio de 2011

Los Hombres de la Mirada Perdida

Cada lunes hago un gran berrinche...

...porque aún me siento fatigada, dos días de descanso no bastan...

...porque no me quiero levantar...

...porque no quiero ir a trabajar...

...porque necesito un día más para atender asuntos domésticos o simplemente para satisfacer necesidades meramente hedónicas.

Hoy en la mañana por supuesto que llevé a cabo mi super berrinche, tal y como lo realizo religiosamente cada lunes.

Y en ese "mood amargueitor" venía yo esta mañana manejando hacia la oficina.

Conducía a la vez que me fustigaba con el látigo de la víctima, lamentando lo cruel mi destino...

...tener que ir a la oficina.

Al llegar a la oficina, mientras esperaba que el vigilante me abriera, observé el camión de la basura estacionado justo enfrente del edificio donde yo trabajo.

Observé... porque en otras ocasiones sólo veo.

Y sentí un vuelco en el corazón.

Tres hombres subidos en la parte trasera del camión se dedicaban a la non grata tarea de separar la basura.

Abrían las bolsas y colocaban latas, papeles y quién sabe cuántos desechos más en diferentes pilas.

No usaban guantes. No llevaban cubrebocas.

Sus miradas eran distantes.

No miraban la basura.

Sus miradas estaban fijas en el horizonte.

Y mi mirada se posó el día de hoy sobre ellos.

Se me quitó la cara de amargueitor y agradecí a la vida que yo me dirigía a trabajar a una oficina limpia, cómoda y agradable.

Me sentí afortunada de tener un trabajo en el cual no tengo que meter las manos en ninguna inmundicia...

...pero los rostros y miradas perdidas de esos tres hombres se quedaron registrados en mi atribulada mente.





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