viernes, 20 de enero de 2012

Los Roles Que Todos Jugamos

Cuando alguien se despoja de la máscara social podemos ver su auténtica personalidad.
¿Cómo saber en qué momento una persona se ha quitado alguno de sus disfraces sociales?
Cuando el individuo no se sabe observado. Es entonces cuando adopta una postura relajada, se "desempanzurra" y hasta joroba de dromedario le verás.
No cuidará los gestos de su rostro. Si algo le disgusta el ceño fruncirá. Ante un estímulo agradable hasta los ojitos cerrará y perderá toda compostura.
También es posible que el sujeto baile sin vergüenza y hasta cante desde el fondo de su corazón.
Sin el antifaz status quo el hombre o la mujer se dan permiso.
Permiso para ser un ser total, para gozar y relajarse.
Cuando nadie te ve, o cuando crees que nadie te ve, te atreves a ser tú.
Confieso que yo tengo no uno, sino varios antifaces.
Y tú...
...¿cuántas máscaras has adquirido a lo largo de tu vida?

Este podría ser el antifaz para la cena en casa de los Limantour...

La máscara para infundir autoridad...

El disfraz para conquistar al oscuro objeto del deseo...




4 comentarios:

Héctor García dijo...

La máscara, como le llamas, me parece lo más natural en el ser humano, pues es el resultado del ego que quiere llamar la atención y hacerse el chistoso, el gruñón, el serio, el profesional, el malo, etc. Son pocos los que logran establecer una relación directa y permanente con la esencia, y a esos les llamamos santos.

Lilia Carrillo dijo...

Hoy traigo mi máscara de viernes :)
Saludos Héctor, gracias por tus comentarios dejados en este diván.

Anonymous dijo...

Máscaras por todos lados... Afortunadamente no las uso muy frecuentemente, pero ello trae consigo muchas broncas, personales y de todo tipo.
Ya me tocará usarlas como es debido para poder convivir mejor en mi comunidad, jajajaja.
Al quitarte esa máscara de viernes, Valentina, encuentro a una niña muy bella... por adentro y por afuera :)

Lilia Carrillo dijo...

Gracias Anonymous. Hoy traigo mi máscara de miércoles nublado y frío, con ganas de estar en casa, viendo una película, tomando un espresso con leche evaporada. ¡Saludos!