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lunes, 23 de enero de 2012

El Baco Y El Richardson en: "La Posesión de las Princesas"

Hace varios años, en un país nada lejano, había un prima, dos hermanas, una amiga, un novio de la prima y un ex novio de una de las dos hermanas...
Un viernes por la noche, las hermanas y la amiga no tenían plan para salir.
No Magic Circus, no News, no antro.
Ordenaron unas pizzas y se sentaron en la cocina para cenar muy solitas las princesas.
Llegó la comida, al mismo tiempo que la prima con su novio.
Y ahí estaban reunidos todos ellos en torno a la mesa de la cocina.
De pronto, una de las hermanas tuvo una idea.
Sugirió ir al "Seven 11" a comprar unos vinitos "Bacco" para acompañar las pizzas.
Y así lo hicieron.
Poco rato después, cuando habían ingerido varios "Bacco", sonó el timbre de la puerta.
Se trataba de un ex novio de una de las hermanas.
Lo invitaron a unirse a la fiesta.
No hubo necesidad de decírselo dos veces, se sentó en torno a la mesa de la cocina, como todos los demás.
Al cabo de un rato, los "Bacco" y las pizzas se agotaron.
El ex novio y el novio de la prima recomendaron ir a comprar alguna otra bebida.
Y "ya encarrerado el ratón"...
...se fueron por más suministros para la fiesta.
Regresaron con una botella de "Richardson".
Y "Richardson" tomaron las dos hermanas, la prima, la amiga, el ex novio de una de las hermanas y el novio de la prima.
Se turnaban para tomar directo de la botella, "de hidalgo".
En poco tiempo, el Baco como el Richard, tomaron posesión del comportamiento de los reunidos en torno a la mesa de la cocina.
Primero una de las dos hermanas vomitó en el lavadero de la cocina.
Luego la prima hizo lo propio en el recibidor, ubicado a un lado de la cocina de la casa.
Posteriormente la amiga corrió al baño, pero no llegó. La pizza quedó regada por el pasillo.
La otra hermana, al ver y oler lo que sucedía, comenzó a sentir arcadas y dio rienda suelta a lo bebido y lo comido, en el piso de la cocina.
El novio de la prima trataba de contener a la prima.
El ex novio de una de las hermanas trataba de reconquistar a la ex novia, pero el olor que ella despedía lo obligó a retraerse.
Ambos hombres, al darse cuenta de la magnitud de la posesión del Baco y del Richard sobre las almas de las damiselas, decidieron emprender la graciosa huida.
Princesas poseídas.
Al día siguiente, temprano por la mañana, la madre bajó muy contenta con su pequeña maleta en la mano.
Se iba de fin de semana a algún pueblo mágico con su esposo, su cuñada y su hermano.
Al ver el desastre que sus angelitos habían dejado en la cocina, pasillo y recibidor no se desmayó pero sí le dio el soponcio.
Escribió en un papel: "¡Gremlins!, ¡o peor que Gremlins! ¡Limpien este desmadre o se las verán conmigo cuando regrese!"... y optó por salir rápido, distrayendo al esposo para que no mirara el tiradero de sus princesitas.
Las Gremlins se levantaron sumamente indispuestas, fueron a comerse una birria, durmieron para recuperarse y limpiaron lo que habían hecho bajo los efectos de Baco y del Richard.
Por la tarde, arribaron cabizbajos tanto el novio de la prima, la amiga y el ex novio de una de las hermanas.
Se miraron todos con cara de culpa moral.
Y, sin más, se sentaron en la sala para ver una película..
..y colorín colorado este cuento ha terminado.

FIN

miércoles, 5 de octubre de 2011

Mi Primer Beso

El primer beso no se olvida.
Y estoy de acuerdo porque nunca olvidaré lo desagradable, asqueroso y baboso que me pareció aquel primer beso prodigado a mi persona por mi novio de la prepa.
Sí, mi primer beso de "amor" ocurrió cuando tenía 16 años de edad.
No fui una niña precoz, todo lo contrario.
El era bastante feo, pero a mí me parecía guapísimo, porque era popular entre las chicas.
Jugaba football y conducía un auto que había arreglado como los chamacos solían hacerlo en los 80's.
Lo había achaparrado, con llantas gruesas y rines whatever, con volante de madera, sonido de lujo y quiensabecuántas chucherías más.
El cuate era el chistosito del grupo, el bromista, el de los lentes "Carrera".
Y el de la cabeza hueca.
Antes de pelarme anduvo como con 3 ó 4 niñas.
Y cuando por fin me hizo caso, me sentí flotar entre las nubes.
Pero muy rápido me caí de la nube en que andaba.
El primer y único beso que me dio lo sentí como si un molusco tratara de engullir mi carita.
Pura baba y nada de emoción.
Con el tiempo comprendí y aprendí a qué sabe y cómo se da un beso de verdad.
¿Y qué fue del noviecito?
No duramos ni una semana...
...y el muy cabrón se hizo novio de dos de mis mejores amigas.
C'est la vie!

Esto sí es pasión

Beso inesperado, ésos son muy buenos

Rodin sí sabía de besos

Beso de felicidad con todo y patita levantada

Tip para los caballeros: es muy sexy que toquen la cara de la dama besada

jueves, 24 de febrero de 2011

Sin Pena Ajena

No había persona alguna en la sala de espera para abordar el ferry que nos llevaría de Dover a Calais.

Creí nos habíamos equivocado de terminal o que seríamos los únicos en ser transportados por el Canal de la Mancha.

El hombre del mostrador aclaró mi falsa creencia, estábamos en el sitio correcto.

Entró una pareja con sus niños. Después arribó un hombre joven.

Imperaba el silencio y la quietud.

Y de repente el espacio se vio invadido por marabunta.

Marabunta era un grupo de aproximadamente cincuenta adolescentes y su maestra.

Nos vimos rodeados de niñas mascando chicle, echándose el cabello para atrás mientras miraban no tan de reojo al hombre joven (nota informativa: lo de tocarse o jugar con el cabello es el lenguaje corporal que indica "tú me gustas").


El sitio se vio cubierto por pubertas escandalosas, ansiosas por llamar la atención, riendo a todo pulmón, sin llevar una conversación fluida, sólo frases cortas, como "qué onda wey", "pus nada, tú qué onda", "la que me tires" y otras por el estilo.

Las chicas bonitillas por un lado, los chicos, en absoluto guapos, más bien barrosos, despeinados y desgarbados, por su lado.

Algunas parejitas de manita sudada, otras besuqueándose sin pena ajena, como esa pena que se impone cuando entra en escena la etapa adulta.

Adolescentes franceses con sus back packs y bolsas de shopping.

Niños y niñas de lenguaje florido y cero modales.

Me hicieron recordar mi propia aborrescencia, perdón, adolescencia.

Me hicieron ver que los "teens" se comportan como tal aquí, en Francia, en Inglaterra y en Timbuctú.

Me hicieron ver que yo también, alguna vez, sin importarme quién, cómo, cuándo, dónde ni cuánto me reí a carcajadas con mis amigas, me vestí para llamar la atención, me fui de pinta a comer molletes, fumé como chacuaco a las siete de la mañana en la prepa y anduve de manita sudada o me *besukié con el novio sin pena ajena hasta que me llegó esto de la adultez.

*como lo escriben los adolescentes en sus mensajitos por el celular o por email.


Y hablando de besos, esta fotografía siempre me ha gustado, el beso entre dos adultos y sin pena ajena

El beso bajo la lluvia en "Breakfast at Tiffany's"


El famosísimo beso de la película "Ghost"


Cat enmedio de los enamorados en "Breakfast at Tiffany's", una de mis películas favoritas

Bueno, la escena final de "An Officer and a Gentlemen" me hace chillar de emoción, cuando él va y saca en brazos a su amada de la fábrica donde ella trabaja


viernes, 6 de agosto de 2010

La Güera De La Melena Leonesca

Cuando tienes 16 años y entra al salón de clases la niña de melena güera y leonesca, ataviada con sus jeans "Sergio Valente, actitud de "me vale madres lo que digan", sin hablar con nadie más que con el hippie aislado, el cual mira a los demás con cara de "son una bola de ignorantes todos", pues sí que te impresionas.

Esa es la foto grabada en mi memoria de cómo conocí a una de mis muy contadas mejores amigas.

Ella fumaba como chacuaco, era flaca, flaca, flaca y en verdad le valía madres todo.

Me caía muy gorda al principio, presumida y muy evenflo, pensaba yo de ella.

Nos empezamos a frecuentar el día que nos fuimos de pinta al Vips o no me acuerdo cuál cafetería era aquella ubicada en ese tiempo a un lado de las Torres de Satélite, de camino norte a sur.

La había juzgado a priori, como solemos hacer algunas mujeres con referencia a otras mujeres. Ella y yo éramos más parecidas de lo que me imaginaba.

Sarcástica a morir, ingeniosa, con ganas de vivir, sin miedo a la aventura.

Esto sucedió hace ya casi 30 años...

Es increíble cómo pasa el tiempo.

Ale y yo hemos estado juntas en las buenas y en las malas, hemos reído y llorado, yo mucho más que ella pues como buena Leo no se muestra vulnerable ante los demás; hemos visto a los galanes llegar, estar y despedirse; nos hemos distanciado y luego regresado; nos hemos querido y a veces alucinado; nos hemos acompañado en el momento necesario; nos hemos dicho las verdades frente a frente; nos hemos dicho palabras amables cuando alguna estaba triste.

Hemos viajado, tomado, fumado, comido, sabido, estado, bailado, caminado, nadado, competido, ido y venido...

Imagínate cuántas cosas pasan en tres décadas de vida...

Pues cosas pasan y cosas van, pero mi amiga y yo seguimos aquí y eso de verdad no tiene precio -aunque suene a comercial común-.

Y tú de común no tienes nada, mi querida amiga Ale.

Que tengas un feliz día... hoy y siempre.


lunes, 14 de junio de 2010

La Máquina del Tiempo

Una de mis amigas me sugirió escribir sobre los lugares que visitaría si tuviera una máquina para viajar en el tiempo y mi imaginación voló a aquellos sitios donde iría para evitar las frustraciones, aumentar las alegrías, disipar viejos rencores y poder curar las almas, empezando por la mía.

Mi pensamiento se fue corriendo a los momentos que se atascaron en mi inconsciente. Se fue con todo y su botella de drano para ver si así era más rápido y fácil destaparlo.

Mi mente imaginó cómo iría con personas concretas para ayudarles a comprender el impacto que sus palabras y acciones tendrían en el futuro cercano o lejano.

Y así como mi imaginación voló, mi ser presente en el aquí y en el ahora comprendió que es definitivamente bueno y positivo que no exista un aparato con tal capacidad.

Uno es quien es precisamente por las experiencias vividas, buenas o malas, felices o desafortunadas.

Yo soy quien soy gracias a lo que he visto, escuchado y tocado.

Y me gusta mucho cómo soy aquí y ahora.

En ese viaje imaginario, tratando de imaginar lo inimaginable, manejando por una de las calles de Valle Dorado, vinieron a mi mente los recuerdos de las aventuras de Samantha y Sherezada.

Ellas eran dos adolescentes, una de 15 y la otra de 16, que vivían sin miedo, sin normas rígidas, inventando historias, por puritita diversión.

Pedían "ride" a desconocidos, jugaban a que una de ellas no veía nada, si querían ir al cine juntaban para los boletos diciendo a las personas que habían perdido el dinero del camión para regresar a casa.

Se iban de pinta y reprobaban matemáticas... le regalaban una botella de vino al profesor para ver si así pasaban el examen a título de suficiencia...

La miss Betty citaba a sus mamás para quejarse amargamente sobre el comportamiento de estas dos chiquillas.

Muchos amigos de la prepa les prestaban sus autos y hasta les disparaban los molletes del "California" a estas dos chamacas que los hipnotizaban con su encanto y su carisma.

Samantha era mi amiga Alexia y yo era Sherezada.

Qué buenos tiempos aquellos cuando mi máxima preocupación era qué jeans usar para ir a la escuelita.

martes, 19 de enero de 2010

¿Quién Quiere Tener 20 Años Otra Vez?

Joss publicó en FB la semana pasada que extrañaba mucho no extrañar nada, extrañaba tener 20 años, cuando su vida era simple y no extrañaba nada y mucho menos extrañaba a alguien. Al parecer ahora ella extraña personas, lugares, situaciones y cosas, es decir, extraña bastante. Escribí en su muro que yo extrañaba contemplar las olas. Luego Alejandra preguntó qué era lo que yo extrañaba de contemplar las olas. Lo que extraño de contemplar las olas, contestele, es el estar ahí, sin más, escuchar el sonido, ver sus formas sin forma definida, su transparencia o turbiedad, su ir y venir imparable, esa paz que yo siento al simplemente observarlas. Alejandra luego acotó que ella no extrañaba de ninguna manera tener 20 años. Inmediatamente agregué estar completamente de acuerdo con ella. He aquí los porqués... No extraño tener 20 años porque entonces no sabía lo que sé ahora y no es que ahora sea sabia pero si entonces hubiera sabido lo que sé ahora, hubiérame ahorrado bastantes pesares. No extraño tener 20 años porque ahora conozco más de la vida aunque el colmillo todavía no haga surcos en el camino que yo ando. No quisiera tener 20 años porque ahora me conozco más a mí misma y percibo mucho más a quienes me rodean o a quienes recién conozco. No extraño en absoluto tener 20 años porque en el presente la autoconfianza se ha instalado y digo lo que me place sin miedo a opiniones ajenas. No extraño tener 20 años porque actualmente soy casi bruja y adivino pensamientos, por cómo se ha desarrollado mi intuición. No extraño para nada tener 20 años porque ahora me permito reírme de mí misma sin el recato que la timidez e inseguridad juvenil me imponían. No extraño tener 20 años porque ahora me gusta infinitamente estar en mis zapatos, botas, tenis, sandalias o zapatillas, todo depende de la ocasión. Mi querida Joss, con el tiempo lo comprenderás.