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martes, 20 de noviembre de 2012

Raíces Arrancadas

Las olas del mar habían ganado terreno al espacio donde antes caminaban, jugaban o se asoleaban las personas.
No había hippies.
No había familias.
No había perros tratando de alcanzar el freesbie.
No había carros de jochos.
No había gaviotas.
No había madres alimentando con migas de pan a las aves.
No había chicas tostándose al sol.
No había niñas de piernas como un par de popotitos.
No había hombres.
No había mujeres.
No había coches.

La calle que conducía a la playa se encontraba vacía.
Las casas habían sido derruidas.
Todo había sido arrancado de raíz.
Sentí un vacío abismal en el plexo solar.
No quedaba nada de la morada de mi infancia.
Mi playa había sido arrasada por el océano.
Mis lágrimas contribuían a la inundación.
Miraba la vaciedad del mundo material...
...y encontraba refugio en mi interior.

viernes, 18 de mayo de 2012

¿Sueños Guajiros?

Cierto día me desperté y, sin ser consciente de ello, dejé de seguir mis sueños.
Me instalé en la comodidad de la realidad y de la cotidianeidad.
Llegué a considerar que aquellos sueños míos habían sido guajiros, producto de mi pisciana tendencia a fantasear.
Y así pasó algún tiempo.
Mucho tiempo, para ser sincera.
Un día desperté y mi voz interior me habló al oído.
-Te estás petrificando- me dijo en tono muy bajito.
Durante esa jornada la vocecita me siguió a todas partes.
Al día siguiente mi niña interna volvió a hablarme al oído.
-Te estás tornando en un gris opaco.
Pasé más de doce horas imaginándome de un tono gris opaco y petrificada, para acabarla de amolar.
¿Dónde habían quedado mis colores?
¿En qué parte se extravió mi locura no insana?
¿Cuándo me perdí sin afán de encontrarme nuevamente?
Al tercer día desperté y no hubo voz ni niña interna que me hablaran.
Yo decidí volver a seguir mis sueños.


Me puse de pie y caminé por la vereda que posiblemente, no, seguramente, me conducirá hasta ahí.
Convencida estoy que encontraré mi tesoro anhelado, al final del arco iris.

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Estoy Mal?

Lo que te voy a platicar el día de hoy en este espacio no es nada nuevo, de esto ya han hablado, desde hace muchos años, los estudiosos del comportamiento humano, entre ellos Sigmund Freud.
En mi caso en particular, estoy llegando a la posible conclusión que mis dilemas existenciales radican en mi insaciable deseo, para bien y para mal.
Y no pienses que estoy refiriéndome solamente a las cuestiones sexuales, hago alusión aquí a algo más que eso, mi discurso no se enfoca meramente a los impulsos humanos básicos.
Me refiero a esos deseos que han sido el motor impulsor para estar justo en el lugar en el que hoy me encuentro.
Me refiero a esos deseos que una vez realizados generan otros nuevos.
Me refiero a esos nuevos deseos que siempre vienen acompañados de expectativas cada vez más altas.
En mi larga lista de deseos han figurado de diversas variedades.
Por supuesto he tenido, tengo y tendré deseos por las cosas materiales, sería poco honesta si te dijera que las frivolidades no van con mi persona.
También he tenido, tengo y tendré deseos de aprender más, conocer más, investigar más. Espero y deseo nunca conformarme con lo ya leído, visto o experimentado.
En mi extensa lista de deseos ha estado siempre el de encontrar el verdadero amor.
He deseado ser exitosa en el terreno profesional, he deseado recorrer caminos felices, he deseado visitar lugares lejanos, he deseado ser más asertiva.
Mis conflictos emocionales se presentan cuando ya satisfecho un deseo surgen de mi interior nuevos deseos.
Si ya tengo la casa que deseaba, por ejemplo, ahora deseo una más grande.
Si ya leí ese libro que busqué con tanto afán ahora me nace el deseo de encontrar uno nuevo que me represente un reto.
Si ya me maravillé con la vista de las Barrancas del Cobre ahora surge en mi corazón el deseo de explorar otras montañas.
Si ya he encontrado el verdadero amor ahora deseo que éste crezca y no se acomode en la tumba de la rutina.
Si se han cumplido varios de mis sueños ahora sueño con nuevos sueños.
Y así podría continuar infinitamente con mis listas de deseos cumplidos y de los que ahora deseo que se cumplan.
Y en mis momentos de introspección he llegado a la posible conclusión que mis dilemas existenciales radican precisamente en mi incesante desear y por mi insaciable desear no lograr obtener satisfacción como diría el buen Jagger.
No me he tomado el tiempo de pararme justo donde estoy aquí y ahora, mirarme en un espejo y agradecer a la vida y al universo por haberme cumplido casi todos mis deseos...
Y digo casi porque sólo uno fue el que la vida no me otorgó...
Mi deseo de dar vida a otro ser humano.
Y es que no se puede desear todo en la vida ¿cierto?





martes, 5 de abril de 2011

La Bici En Rosa

Por azares del destino creo yo, llegó a mis manos la publicidad de las bicicletas retro Jack Rabbit.

En el pequeño espacio publicitario me indican tengo la oportunidad de aprovechar un 15% de descuento o el 10% más 3 ó 6 meses sin intereses si realizo mi compra antes del 30 de Junio de este año.

La fotografía de la retro bike del comercial impreso trajo a mi mente la bici con canastilla que nunca tuve.

La primera y única bici de mi posesión hasta el día de hoy me la regalaron mi padre y mi madre cuando tenía alrededor de 6 años de edad.

Me dieron una bicicleta usada que yo misma pinté con una pintura en aerosol dorada.

No me quedó perfectamente parejo el color, pero la bici quedó perfecta para cumplir su función de llevarme y traerme a mi antojo por todas las calles del suburbio donde vivíamos.

Tampoco era la bici soñada por la niñita que entonces yo era. Ya sabes, la bici rosa con asiento blanco, timbre y canastilla de mimbre para transportar mis chuchulucos.

Pero sí era la bici que me transportaba a mí, con todo y mi imaginación, del bosque donde jugábamos a la casita, al club y de ahí a casa de mi amiga Robin.

Ahora vivo en un suburbio cercano a la ciudad más transitada del planeta.

Difícil y complicado sería transportarme de mi casa hasta Reforma o la Condesa en bicicleta.

Tal vez los Domingos, pero con el riesgo de que me atropelle un microbusero loco.

Y bueno, aunque no la saque más que para darme una vuelta en la cuadra donde vivo, estoy a unos minutos de hacer mi pedido por internet de mi bici retro hecha a la medida de mis sueños que sí se hacen realidad: rosa, con asiento blanco, timbre que suene ring ring y canastilla de mimbre para transportar mi celular y la bolsa del mandado.

La Kana irá conmigo, aunque sea una cuadra o dos. Y con su correa para que no la aplaste un microbús.


Y satisfice mi antojo...





jueves, 27 de enero de 2011

Un Dispositivo De Control En Mi Interior

El escozor en la muñeca derecha era insoportable.
La piel ya era más que roja por tanto rascarme para calmar la comezón.
Se abrió un hoyo justo encima de las venas.
De pronto, una de estas venas, forrada en plástico color salmón, saltó a la vista.
Lo jalé y sentí cómo desgarraba mi antebrazo por adentro, al ir buscando la salida al exterior.
La vena plástica se rasgó y de su interior emergió lo que parecía sangre hecha polvo de color marrón.
Mucho más que asustada, por fin logré extraer la tripa de plástico completa.
Al extremo de la vena encontré un dispositivo con botones.
Todo parecía indicar que era un aparato para controlar mi temperatura, pensamientos, palabras, ideas, acciones e interacciones con la gente del mundo exterior.
El susto era ahora una angustia jamás antes experimentada.
Lo que más me consternaba era averiguar quién había puesto ese dispositivo de control en mi interior.
Por fortuna, en ese momento de cavilaciones de película de horror, los toquidos de Dorothea, mujer que no cocina nada, esnorquelea y detesta los postres, me regresaron al estado de vigilia, con el corazón palpitante, eso sí.
Me pregunto cómo interpretarías este sueño tú, mi querido lector o lectora que estudia o se dedica a esto de la Psicología...

jueves, 11 de noviembre de 2010

Quisiera Soñar Con Alebrijes

Cuenta una de tantas leyendas que extraños seres híbridos acompañaron, durante un sueño, a Pedro Linares a recuperar el camino a la conciencia... y a la vida.

Al despertar de su sueño, el cual no sólo era visual y a colores, sino con sonidos, recordó haber escuchado la palabra "Alebrijes", y fue así como nombró a esta artesanía relativamente reciente en mi país.

Linares los hacía de papel maché y en Oaxaca los elaboran en madera tallada.

Así como me gustan las Catrinas, me fascinan los alebrijes.

Son una fusión de mamíferos, aves y dragones. Algunos tienen alas, colas puntiagudas y dientes afilados.

Sus colores me hipnotizan.

En los últimos 50 días en que me he sentido tan no yo, en este vaivén demente que no cesa, durante mis noches de insomnio pido y deseo soñar con alebrijes que me lleven al camino de regreso a la conciencia...

...que me guíen a la vereda conducente nuevamente a mí.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Deseos Cumplidos

El lunes era un día que pintaba bien y pintó bien hasta el final aunque mis jefes de Kansas City cancelaron la junta y me dejaron dos días más con el nervio y la adrenalina a todo lo que da. Hoy por la mañana, por fin, se llevó a cabo la tan esperada conferencia telefónica y todo parece indicar que nos van a autorizar el plan. Y yo creo que lo van a aprobar porque está sustentado con bases bien analizadas y objetivos alcanzables, pero también estoy convencida de que nos van a decir que sí porque en mi mente yo ya pedí que así sea. Cabe aclarar que no pretendo hacer un comercial del "Secreto" o "Pide y se te dará" pero cuando yo pienso en algo que quiero por lo general se me cumple. Tampoco estoy diciendo que me tiro en mi hamaca acapulqueña y espero que los cocos me caigan del cielo. Yo trabajo desde mis early 20's y sé que la vida no siempre es fácil -aunque una vez me dijo mi prima Ceci que yo sería la tía Hello Kitty para Ximena y que ella sería quien le enseñaría a la niña que la vida es dura : ) - Regresando a lo de los deseos cumplidos... Cuando he visto o pensado algo que quisiera para mí, a los minutos, horas, días, meses -a veces años- lo tengo. Trátese de un antojo de galletitas -soy cuquimonster de tiempo completo-, una bolsa chic, tener noticias de una amiga que traía en el pensamiento, encontrar espacio para estacionarme en un lugar repleto o encontrar el trabajo soñado, estudiar finalmente la carrera que siempre quise (psicología), vivir la vida con quien la vivo, recibir sorpresivamente el abanico bonito que tanto quería para sentirme lady Windermere (gracias a usted, papá de Marco y de Marcela y de Claudia, abuelo de Ceci, esposo de la Sra. Lupita). De verdad casi todo lo que he pedido se me ha concedido. Y digo casi todo porque como bien apunta mi prima Ceci, la vida a veces es dura...