miércoles, 4 de noviembre de 2009

Los Días Melancólicos

En días nublados y fríos funciono diferente. En días así quisiera no salir de casa. Me gustaría ponerme ropa abrigadoramente cómoda y leer todos esos libros que me esperan impacientes en buró, librero y mesita de centro. Me encantaría estar en la sala de mi casa escuchando música o viendo esas películas que están ahí desde hace varios meses... y mucho más encantador sería estar viendo esas películas o leyendo esos libros tomándome un espresso Illy. Por supuesto que acompañaría la bebida caliente con un verdaderamente delicioso pastel de chocolate. Me chocan esos postres chafas que nada de sabor, nada de textura, sólo muchas calorías. Invitaría a la Kana a comer un poco de este postre, pero sólo un poco porque a los canes les hace daño el chocolate, al menos eso me dijeron. En días como hoy mi sistema se niega a funcionar y se pone melancólico. Aunque eso de la melancolía no sé si se me da por lo del frío, por pisciana o porque sí. El caso es que a mí los días fríos no me gustan para nada. Quizás esto se deba a que yo nací en el caluroso puerto de Acapulco. Espero que mañana amanezca otra vez soleado.

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