martes, 24 de noviembre de 2009

Lo Que Verdaderamente Quisiera Hacer

Hoy en la tarde que venía hacia la casa me entretuve viendo el atardecer. Las nubes eran de un color sin nombre, el cielo entre índigo y turquesa, la luna es esta noche una lámpara con foco partido a la mitad. Un espectáculo maravilloso y gratuito. Ahora ya estoy en casa, me puse ropa cómoda y abrigadora, fui a la cocina a comerme uno de esos chocolates Lindt, los redonditos que vienen en envoltura roja y le di un premio a la Kana, quien me acompañó el día de hoy a la oficina. La verdad es que me gustaría muchísimo echarme ahorita a ver una película de esas que están ahí desde hace varios meses esperándome. Pero eso no será posible pues mañana tengo que entregar dos tareas y un examen de una materia con chorrocientosmil conceptos que mi mente no tiene nadita de ganas de asimilar. Ya terminé una de las tareas, la cual, por cierto, disfruté muchísimo elaborar. Se trató de realizar la historia clínica de una persona hermosa que se prestó para ser mi conejillo de indias. Ahora me falta la que más flojera me da. Ni modo, quería estudiar psicología ¿no? A darle, no hay de otra.

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