lunes, 8 de marzo de 2010

Por Fin Lo Encontré

Durante años busqué, indagué, leí, investigué, exploré y experimenté. Desde que recuerdo, busqué en la Iglesia, en Osho, en la clase de Yoga, en los libros sobre meditación trascendental, en Jesús, en la música, en corazones ajenos, en palabras de sabios, en recetas de amigas, en lugares insospechados, en las mentes de otros, en lugares paradisíacos, hasta en el Palacio de Hierro lo intenté.
Fui a lugares lejanos, remotos o próximos. Subí el Tepozteco, las Pirámides del Sol y de la Luna. Visité monasterios enclavados en bosques de neblina en Normandía. Todavía no he ido a la India. Y un dia de la semana pasada, sin haberlo planeado, sin saberlo cuando me desperté esa mañanita, en la tarde-noche viví una experiencia reveladora.
Ya me lo habían explicado Clapton, Pearl Jam, Harrison y hasta Nacho Cano a través de sus canciones, pero al parecer no les presté toda mi atención.
La semana pasada tuve la ocasión de encontrar el lugar más hermoso, no sólo de este planeta, sino del Universo entero, un sitio de Paz y Tranquilidad, del que sólo emana Amor.
No tuve que ir en avión, ni en automóvil o tren; no tuve que pagar dinero para acceder a tal lugar, tampoco hubo necesidad de recurrir a ningún alucinógeno o sustancia extraña.
Lo único que tuve que hacer fue cerrar los ojos para descubrir, adentro de mí, lo que tanto busqué en el exterior.
Este encuentro conmigo misma desbordó mi alegría a través de un llanto incontenible de emoción, me convertí en un auténtico río de lágrimas.
Ahora sé que sólo tengo que cerrar los ojos para acceder al Nirvana... Aquí y Ahora... Gracias Mabel... Me queda claro... El maestro aparece cuando el alumno está listo...

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