martes, 3 de julio de 2012

Hablemos de Ella

Hoy te voy a platicar de Lilia, mi niña interna a la que yo protejo tanto.
Su armadura soy yo, la  Valentina, mujer irreverente, que dice lo que siente, cuando quiere y como le sale.
Para Lilia la vida no ha sido fácil, a ella le ha costado más esfuerzo que a otros,
poder ser quien ahora es.
Ha trabajado mucho.
En todos los ámbitos.
Y lo sigue haciendo.
Es una mujer que a veces ha luchado incluso contra sí misma para no caer.
Pudo haberse perdido hace varios años, pero no lo hizo.
Es resiliente.
No me preguntes por qué ni cuál es su fórmula.
Esa respuesta yo la desconozco; sólo su corazón, su mente y su inteligencia saben de tales cuestiones.
Esta mujer ha luchado, como casi todos, por ser feliz, por encontrar a quien amar y ser amada tal y como es.
A veces ha querido rendirse, en incontables ocasiones se ha sentido exhausta y con ánimo de ya no despertar.
Y así  como no sé los motivos por los cuales ha sido resiliente, sí conozco cada uno de sus secretos.
Lilia desea, fervientemente, encontrar su arcoiris.
Yo la empujo, la aviento y la sorrajo para que no se ceda en sus intentos.
Le confiero la valentía que a veces ella cree no tener.
No es frívola, ni tan vanidosa como le gusta mostrarse ante los demás.
Esa es su armadura.
Tampoco es mentirosa, mucho menos pusilánime.
Cualquier palabra que te haya dicho, le nació de las entrañas. La que sea.
Si alguna vez dijo que te amaba, fue cierto.
Si te expresó odio, es que así lo sintió en tal momento.
Ella alberga infinidad de miedos en su interior, pero los enfrenta, con y sin mi ayuda.
No los llama sus dragones, sino sus demonios.
Finalmente es tan sólo un ser humano, con innumerables deseos y un sinfín de necesidades.
De sus ojos han brotado y resurgirán ríos, mares y olas de lágrimas.
Yo he sido testigo, y supongo lo seré, por largo tiempo.
También sabe reír a carcajadas, risa proveniente del alma, si es que ello existe.
Lilia ama la vida como no he visto a persona alguna hacerlo.
Si así no fuera, ya la hubiera deshecho con sus propias manos.
Yo espero y deseo que se cumplan, si no todos, por lo menos algunos de sus sueños.
Se lo merece.
Y ahí estaré yo, como su guardiana fiel, cuidándola, protegiéndola y animándola a continuar cuando se tropiece o la vea caer.

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Qué rico Diván tienes, Valentina. Se ve muy cómodo y considero que cualquier persona querría quedarse ahí eternamente.
Sin embargo, empezando a conocer a Lilia, pareciera que el verdadero confort está ahí.
Pareciera que Lilia es el arco iris que todo mundo busca, pero ni la misma Lilia se ha dado cuenta.
Tiene tanto, creo que miles de personas darían lo que fuera por ser como ella y por tener lo que ella.
Bueno, ésa es mi impresión.
Un abrazo.

Lilia Carrillo dijo...

Lilia sabe quién es, pero tiene miedo. Es cuestión de tiempo...
Gracias por tus comentarios, Anonymous que no te atreves a decir tu nombre.
Y sí, mi diván es bastante cómodo y se presta para divagar, pensar, escribir y dejar salir ideas, pensamientos y sentimientos.
Un abrazo para ti.