martes, 12 de enero de 2010

Un Viaje Para Recordar

Hacía mucho tiempo que no iba a Pie de la Cuesta. Ayer fui y quedé encantada. La calle que te lleva a los restaurantes playeros o a los del lado de la laguna, libre de basura y con señalizaciones nuevas. Estuvimos en un restaurante que se llama "Tres Marías". Buen servicio y comida excelente, camarones a la plancha y una yoli bien fría. La playa está limpia y los restaurantes, tanto los rústicos como los ahora más modernos con servicio de música lounge y camas para broncearte viendo al mar, son excelentes. Si eres amante de la naturaleza y de las buenas fotos, Pie de la Cuesta es el lugar para ti y para mí. Pueden transcurrir horas sólo viendo las enormes olas rompiendo contra la arena, escuchando su sonido que relaja los sentidos y alimenta el alma de cosas nutritivas. Sí hay vendedores ambulantes pero no se valen quejas, de algo tienen que vivir. Compré tres túnicas hindúes y un pareo blanco y negro con estampado de salamandras a una señora linda y gentil que más tarde regresó para decirnos que habíamos tenido buena mano pues casi había vendido toda su mercancía. Más tarde el chou de un hombre que se fusiona con las gigantescas olas. La agradable sorpresa de ver a muchos lugareños correr en la playa ya en la tardecita. El atardecer incomparable. La gentileza del mesero que me hizo sentir muy importante cuando al despedirnos dijo: "Gracias Doña, aquí los esperamos nuevamente". No me dio tiempo de ir del lado de la laguna, eso será en la siguiente visita, la cual espero sea pronto. Al final del día vimos a Chimis y Chalo, nos tomamos un café frío con ellos y decidimos ir a otro lugar pues las sillas del Starbucks de la Costera no eran nada cómodas. Fuimos a tomarnos unos tragos a la Isla, nuevo centro comercial de lujo ubicado en Acapulco Diamante. Un lugar muy bonito, mucho mejor que el de Cancún. Recomendable para los que quieran comprar cosas caras o simplemente tomarse un relajante martini de manzana o una chela bien helada en alguna de las terrazas de los bares y restaurantes que hay ahí. Se acabaron las vacaciones en la playa, al rato sentiré el frío de la Ciudad de México, el cual, por lo que dicen, ahora sí está cañón. Les mando una abrazo bien dondequiera que estén. Chimis y Chalo, mi agradecimiento infinito por hacer de este viaje algo para recordar... para recordar por lo reciente y por lo de antes... muchas anécdotas, mucha risa, mucha alegría. Los quiero mucho, mucho más de lo que se imaginan.

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