martes, 5 de enero de 2010

Me Pondré El Traje Amarillo de Beatrix Kiddo Si Hace Falta

El tema de hoy no es agradable pero es real. Se trata de una situación que muchos, más de los que te imaginas, enfrentan en silencio. Ya sabes, como todo lo que incomoda, es preferible darle la espalda, fingir que no existe, cerrar los ojos (vivirlo así es lo más fácil, diría Lennon), ignorarla, mandarla de paseo. Se trata de la enemiga, que por lo menos para mí, ha sido la más poderosa que he tenido que enfrentar. Ella va y viene, a veces se ha quedado por varios días. En ocasiones ha decidido estar en pie de guerra durante meses. Luego ha optado por darme tregua, se ha compadecido de mí y de mi desesperación. Se siente muy magnánima, ¿no? Es una enemiga invisible, intangible, que te ataca por todo el cuerpo o se va a una zona específica... le gusta mucho lanzarle karatazos al corazón, estómago o cabeza, aunque me parece que su zona preferida es el alma. No hace cita, aparece de repente. Un día te despiertas y sientes literalmente que el mundo se te viene encima, no tienes ganas de levantarte, te gustaría quedarte en la cama para siempre... o dormirte para siempre. Te quita la concentración, te hace ver la vida desde la parte más amplia del embudo, te espanta el sueño o te aletarga todo el día, te hace llorar inconteniblemente, te apachurra el corazón, te arrebata la esperanza, te cambia tu mundo y tu percepción del mismo. Un día te despiertas y ya se ha largado con todo y sus maletas. Le has ganado otra batalla mas no la guerra. Todo vuelve a cobrar sentido, pero te andas con cuidado porque sabes bien que ella acecha y cuando le dé la gana volverá al combate. Ahora no anda por aquí, pero si vuelve a mi puerta me pondré mi traje amarillo como el de Beatrix Kiddo y le aplicaré la técnica de Pai Mei llamada "Cinco Puntos Palm Exploding Heart" para que cuando camine cinco pasos la maldita depresión caiga muerta y sea esa la confrontación final.

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