miércoles, 9 de diciembre de 2009

Gracias Gaby Ruiz, No Te Conozco, Pero Es Como Si Te Conociera

Desde que abrí la cortina esta mañana y vi el cielo verdaderamente azul y las bugambilias de color brillante por la forma en que se proyectaba sobre ellas la luz del sol, sospeché que éste sería un buen día y que me sentiría muy bien. Pensé en la canción "Beautiful Day" de U2. Como que con el tiempo una misma o uno mismo -depende quién esté leyendo estas líneas- se empieza a conocer bien, sobre todo si de vez en cuando nos detenemos a realizar introspección. Y como ahora me conozco un poco más que antes, ya sé, desde el momento en que me levanto, cómo funcionaré el resto del día. Mientras desayunaba con Marco salió el tema de los crayones marca Crayola porque esta empresa es hermana de Hallmark Cards. El caso es que vinieron a mi mente memorias de mi infancia y empecé mi diatriba acompañada de pan tostado con mantequilla Gloria y mermelada de frambuesa. Como algunos o algunas de ustedes saben (ya me parezco a Fox : ) pasé varios años de mi infancia en Florida y le comentaba a Marco que las escuelas en las que estuve no eran privadas pero eran como las privadas que hay aquí. Los salones de clase estaban equipados con todos los materiales que necesitáramos para desarrollar las actividades escolares. Entre tales materiales estaban los crayones marca Crayola. Allá las clases eran dinámicas, diferentes a las que tomé cuando nos regresamos a vivir a Mexicalpán. La maestra nos asignaba una lectura que era leída en voz alta por alguno de nosotros y posteriormente debíamos escribir un ensayo sobre lo que habíamos comprendido. También había actividades que realizábamos en equipos de dos. Recuerdo que en tercer grado hice equipo con un niñito llamado John, cuyo corazoncito latía fuerte por una servidora : ) La maestra utilizaba la técnica cognitiva conductual. Tomábamos una tarjeta con indicaciones de la tarea a realizar y la calificación consistía en estrellitas de colores. Las estrellas doradas eran la calificación más alta y entre más estrellas doradas hubiera en la boleta más oportunidades de obtener un premio había. Bueno, pues el John y yo éramos bastante ambiciosos así que poníamos el mayor entusiasmo para recolectar muchas de esas estrellitas doradas. Nos ganamos varios premios. Y bueno, un recuerdo evoca otro y así es como también le platiqué a Marco de mi amiga Therese y sus papás hippies. Mi amiga vivía en un mini remolque, su papá tocaba la guitarra y su madre usaba una tiara en la frente y túnicas de colores vibrantes. La verdad es que no recuerdo qué canciones tocaba su papá, pero seguramente algunas eran de Simon y Garfunkel. Y luego vino a mi mente una amiguita que se llamaba Candy. Una vez mi hermana Maggie le preguntó a mi mamá por qué nosotras sólo teníamos un papá y Candy tenía varios y de diferentes colores. La madre de Candy tenía muchos novios : ) Y bueno, hasta ahí llegaron los recuerdos porque el tiempo volaba esta mañana y ya era hora de ir a trabajar. Antes de salir fui al buzón esperando ver solamente estados de cuenta de las tarjetas de crédito pero para mi total y muy agradable sorpresa encontré una postal procedente de Santiago de Compostela. Me la mandó una amiga querida que no conozco en persona pero como si la conociera. A ella la conocí a través de las notas que publico en este espacio. Muchas gracias Gaby, por la postal con la fotografía del Pórtico de la Gloria, pero sobre todo por tus palabras que me emocionaron tanto y pusieron una sonrisa en mi cara y en mi corazón, sonrisa que me acompañará a lo largo de este día.

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